Convendría empezar este 2008 haciendo un recordatorio de países donde hay muertos, o casi, todos los días del año por su situación bélica, política o terrorista: Colombia, Rusia, China, Filipinas, Myanmar, Corea del Norte, India, Pakistán, Afganistán, Irán, Bangladesh, Irak, Israel, Palestina, Somalia, Eritrea, Etopía, Turquía, Kenia, R.D. Congo, Uganda, Burundi, Ruanda, Zimbawe, Sudán, Chad, Liberia, Sierra Leona, Mali, Burkina Faso, Argelia... por no citar a todas las Guineas o a los "Tanes" ex soviéticos, o a los conflictos dormidos de Armenia, Azerbaiyán, Georgia y Moldavia o los casos de Centroamérica y de Venezuela o Cuba, o las hambrunas y pobrezas irresolubles, o las dictaduras de la península arábiga, o a todo el Golfo Pérsico, o incluso los terrorismos locales occidentales como España. Todo estupendo. Un panorama ideal para comenzar el 2008 deseando feliz año. ¡Menudo sarcasmo!
Lo único interesante al menos, en clave española, es que mientras hace años lo que pasaba por ahí fuera solo nos repercutía porque algún compatriota pasaba por allí, hoy en día todo lo que acontece en el mundo nos interesa. Va a resultar que el rollo ese de la globalización es verdad, para lo bueno y para lo malo. Sobre todo, para lo malo.
Por eso de la vecindad, El Magreb se presenta como la rampa de lanzamiento no solo de la inmigración, sino también de terroristas pertenecientes a ese enemigo difuso y multimillonario que resulta ser el islamismo más radical. Inmigración irregular más terrorismo islamista es una operación matemática imposible de solucionar hoy por hoy. España se mantiene como protagonista muy a nuestro pesar.
África ha sido un objetivo prioritario de la diplomacia española y lo notarán especialmente nuestros diplomáticos y cooperantes allí destacados. La labor de los embajadores españoles en todo el continente negro se está haciendo primordial como mediadores, negociadores de conflictos y expertos en lo que hasta ahora, a pesar de la cercanía, nos quedaba demasiado lejos. Lo de Somalia, Chad, o el Congo se repetirá.
En América Latina, el subcontinente que se forma desde México hasta Chile y Argentina tiene tantas peculiaridades como países lo componen. Así, asistiremos a cómo Chávez y sus colegas proseguirán en la locura casi permanente a la vez que sus socios, al menos hasta ahora, intentarán salirse de su estela. Y es que Ecuador, Bolivia y Nicaragua empiezan a no soportarle. En Cuba viviremos los primeros compases del post-castrismo, o lo que es lo mismo, empezaremos a atisbar cuál va a ser el futuro no solo tras Fidel, sino también tras Raúl.
Y seguiremos soñando pesadillas y lo que es peor, viviéndolas, por culpa del suministro energético procedente de Argelia, Líbano o los países árabes. Y qué decir de Rusia y los productores de gas asiáticos. Tampoco tiene desperdicio la que allí se puede montar con cualquier chispa como pretexto. Eso sí, nos consolaremos con el supuesto milagro chino gracias a los Juegos Olímpicos de Pekín, y seguiremos alejados de la India y del sudeste asiático, donde ni estamos, ni se nos espera.
En cuanto a Afganistán y Pakistán, allí seguiremos y aquí continuaremos recibiendo ataúdes. Y es que no deberíamos cansarnos de recordar que los mismos que mataron a Benazir Bhuto matan soldados de la OTAN, entre éstos, a los nuestros. Porque por esos lares se está librando la verdadera batalla que salpica a todo el planeta. Y de Oriente Medio no hablo porque ya no me cabe, pero poco más o menos, más e lo mismo.
Por cierto y terminando con las reacciones a la última noticia del año pasado. ¿No sorprende el silencio casi sepulcral por parte de las más importantes autoridades españolas a la muerte de Benazir Bhutto? Si resulta que a las pocas horas del atentado ya habían reaccionado casi todos los líderes mundiales, ¿no debería haber hablado alguien desde aquí, al menoS por aparentar, para simular que nos importa lo que allí sucede? ¿O es que no nos damos cuenta de que también debería importarnos? Pues eso. Feliz sarcasmo- O sea, Feliz 2008.