MADRID 15 Abr. (OTR/PRESS) -
Continuidad y diseño en el nuevo Gobierno que acaba de formar Rodríguez Zapatero. Será nuevo pero se ha hecho en clave de continuidad. O de continuismo, como diría Rajoy solo por el gusto de mortificar a José Blanco, o eso cree José Blanco, que parece tener tantas dificultades como su jefe para la descompresión, después de cuatro años de bronca permanente. Pues eso, continuidad o continuismo, no alterado por la marcha de José Antonio Alonso y Jesús Caldera, los dos ministros de mayor peso político entre los cuatro salientes. Ni por el hecho de que Carmen Chacón, la nueva ministra se Defensa vaya a convertirse en la jefa de los espías del CNI. Ni por el sorprendente salto de Bibiana Aido, desde la promoción del flamenco a la promoción de la igualdad con rango de ministra.
La continuidad, o el continuismo, pueden verificarse en la permanencia del acompañamiento de Zapatero en los primeros anillos del poder. A saber: Rubalcaba, Solbes, De la Vega, Chacón, Moratinos y Fernández Bermejo. Lo demás es diseño, gusto por los records o golpes de efecto mediáticos, como quieran ustedes llamarlo. Zapatero lo llama acoplamiento de nombres y objetivos en función de la hoja de ruta -discurso de investidura-, presentada el martes pasado en el Congreso. Algo de espectáculo y como un cierto empeño en romper moldes sí que se detectan en el nuevo Gobierno. Las pruebas aparecen, por ejemplo, en la forzada búsqueda de una presencia femenina mayoritaria (por primera vez, más mujeres que hombres sin contar al presidente), en la sorprendente designación de Carmen Chacón como ministra de Defensa o la no menos sorprendente creación de un Ministerio de la Igualdad ¿Solo por el hecho de sentar precedentes, como si se tratara de salir en los periódicos por cosas distintas al mérito, la capacidad, la biografía, el compromiso político, etc? En ese sentido hablan algunos de Gobierno "de diseño".
Es llamativa la salida de Jesús Caldera, dejando atrás una brillante gestión como responsable de las políticas sociales y la coordinación de los programas electorales. Ahora Zapatero quiere convertirle en el director de un gran banco de ideas, discursos, programas, al servicio de la causa del socialismo del siglo XXI. Se trataría de fusionar las distintas Fundaciones que se mueven en la órbita del PSOE -"Pablo Iglesias", "Jaime Vera", "Progreso Global" y otras-, como hizo Aznar con las que funcionaban en la órbita del PP ("Canovas", "Humanismo y Democracia", etc) al refundirlas en la actual FAES. Es difícil creer que lo de Caldera no es una jubilación anticipada. De lujo, por supuesto, pero desalojo del primer círculo de poder en torno a Zapatero.
Antonio Casado.