MADRID 20 Nov. (OTR/PRESS) -
Algunos dijimos en su momento que la cruzada judicial de Garzón contra el franquismo sólo podía desembocar en la melancolía. Algo así ha ocurrido. Al menos para sus seguidores, lógicamente contrariados con el paso atrás del titular del Juzgado número 5 de la Audiencia Nacional. Se han quedado compuestos y sin brazo justiciero para los crímenes cometidos durante la guerra civil y la posterior dictadura franquista. Ha sido como un viaje a ninguna parte, pues viajar a ninguna parte es concluir en la inhibición por fallecimiento de los presuntos culpables. Vaya descubrimiento.
Primero admitió a trámite las denuncias de una veintena de asociaciones de la memoria histórica y diez ciudadanos a título particular, con la consiguiente declaración de competencia en una causa de crímenes contra la Humanidad. Pero luego le vio las orejas al lobo cuando un bien documentado escrito de la Fiscalía, rebatiendo la competencia del juez en una especie de causa general contra el franquismo, predispuso a los magistrados de la sala de lo penal de la Audiencia Nacional contra los deseos del juez.
Al final Garzón ha tenido que claudicar. Ese tribunal superior, ya le había dado un aviso: que se abstuviera de ordenar diligencias mientras se dirimía la cuestión de la competencia. Y ahora se disponía a declararle no competente en la causa. El lo sabía y, simplemente, no ha hecho más que adelantarse a los acontecimientos. Se inhibe para que no le inhiban, al considerar que las responsabilidades han quedado extintas por fallecimiento. No es un alarde de brillantez lo que encierra semejante conclusión. Una obviedad pasada, eso sí, por la prosa leguleya contenida en los 152 folios remitido por Garzón a la Audiencia Nacional el martes pasado.
Y no es que, de repente, haya dejado de considerarse competente en su supuesto caso de crímenes contra la Humanidad. Elude la cuestión y se limita a inhibirse. El puso el balón el juego pero ahora se lo quita de encima. El despeje le cae a los Juzgados Ordinarios de los territorios donde se encuentran las fosas cuya apertura había sido ordenada por Garzón en busca de elementos de prueba. Y al Ministerio de Justicia, por si está interesado en mantener una "comisión de la verdad" (comisión de expertos, creada por Garzón hace unos días).
Fin de la aventura. No habrá causa penal contra los presuntos responsables de un presunto delito de lesa Humanidad. Se ha demostrado que su aventura no tenía recorrido. En lugar de motivar la admisión a trámite de las denuncias, como le había pedido el tribunal superior, opta por el carpetazo antes de que el carpetazo se lo den a él.
Antonio Casado.