Actualizado 17/03/2011 13:00

Antonio Casado.- Versos sueltos.

MADRID, 17 Mar. (OTR/PRESS) -

Jesús Eguiguren, presidente de los socialistas vascos (un cargo más bien honorífico, como el de Manuel Chaves a escala federal) acaba de desmentir desde las páginas de un periódico nacional al ex ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. Dos versos sueltos de la política antiterrorista.

En un polémico artículo ("Pulso firme y mano tendida"), Eguiguren acusa al Gobierno de estar acomplejado por la derecha, lo que le impide ser valiente y tenderle una mano a la antigua Batasuna para que pueda legalizarse. En definitiva, viene a pedir a Zapatero que sea más complaciente con la solicitud de Sortu (inscripción en el Registro de Partidos) en la seguridad de que será decisivo en el fin de la banda terrorista.

Habida cuenta de que el mencionado ex ministro viene denunciando reiteradamente una supuesta complicidad de Zapatero con ETA, Mayor Oreja no debería tardar en constatar públicamente la falta de información de Eguiguren, al que lógicamente tratará de explicarle que no tiene motivos para sufrir un ataque de contrariedad por la supuesta cobardía del Gobierno. Del bien conocido discurso de Mayor Oreja se desprende que Zapatero incluso se está pasando de valiente por entenderse con ETA por debajo de la mesa.

Dudo mucho que eso sirva para tranquilizar a Eguiguren, pero sí le sirve al comentarista para describir una situación políticamente absurda, cuya moraleja nos invita a reconocer en el presidente del PSE (Partido Socialista de Euskadi), por la izquierda, y en el ex ministro del Interior, por la derecha, a dos figuras sobrantes en el tramo final de ETA.

Un tramo final cuya gestión está siendo afortunadamente gestionada por concertación entre el Gobierno y el Partido Popular. Y esa es la buena noticia. No lo que digan o dejen de decir dos personajes irrelevantes en la política antiterrorista de sus respectivos partidos políticos.

Esa concertación es reconocible en el pacto vasco PSE-PP, en las iniciativas conjuntas para impedir la presentación de Sortu a las elecciones municipales, en la puntual información que el principal partido de la oposición recibe del Gobierno y, sobre todo, en la misma voluntad política de acabar con el terrorismo.

El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, ha declarado públicamente que le importan los hechos y no las palabras. Y el presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero, ha dicho que será muy difícil la legalización de Sortu o de cualquier otra forma continuista de Batasuna si la banda terrorista siga viva. Sin embargo preferimos enredarnos en lo que dicen Eguiguren o Mayor Oreja. En esta ocasión el primero acaba de desmentir al segundo.