Publicado 05/12/2025 08:00

Julia Navarro.- El perdón

MADRID 5 Dic. (OTR/PRESS) -

Pedir perdón alivia el alma y te reconcilia, o al menos esa es la finalidad, con aquellos a los que dañaste de palabra, obra, acción u omisión. Precisamente por eso no se debería de banalizar la petición de perdón.

Hace unos días el presidente de Alemania, durante una visita a Guernica, acompañado por el rey don Felipe, pidió perdón por el bombardeo de la Legión Cóndor contra esa población. Un bombardeo en el que también intervino la aviación italiana. Tanto alemanes como italianos apoyaron entonces al bando que se sublevó contra el gobierno de la II República. Fue un acto solemne cargado de simbolismo y respeto.

Lo que no es de recibo es que dirigentes del PNV y de Bildu hayan tenido la desfachatez de reclamar al rey Felipe VI que también pida perdón porque le consideran "heredero" del bando sublevado.

¿Están dispuestas las nuevas generaciones de abertzales que militan en Bildu a pedir perdón por los asesinatos que en su día perpetró ETA?

¿Lo está el PNV, puesto que uno de sus dirigentes, nada menos que Xabier Arzallus, llegó a decir en el pasado que unos sacuden el árbol y otros recogen las nueces?

El retorcimiento histriónico de la Historia provoca el efecto contrario al que se pretende. De manera que no mezclemos churras con merinas porque eso llevaría a desnaturalizar el verdadero significado de pedir perdón.

Pero me temo que habrá otros que quieran sacar rédito de esa petición de perdón del presidente Steinmeier y ponerlo como ejemplo a seguir para que el rey de España pida perdón a Méjico por la llegada de Hernan Cortes a ese país. Hago esta reflexión porque no hace mucho que el ministro de Exteriores, el señor Albares, hizo una especie de acto de contricción por este asunto. En la misma dirección de Albares se ha pronunciado el ministro Urtasun. Supongo que están desbrozando el camino para, en algún momento, forzar al Rey a unirse a esa petición de perdón.

Verán, soy una de esas personas a las que no les cuesta pedir perdón. Creo que pedir perdón tiene un aspecto terapéutico para el que lo pide. Precisamente porque me lo tomo muy en serio no creo que la petición de pedir perdón deba de hacerse en función de intereses coyunturales,sean económicos o exclusivamente políticos.

Y cuando me refiero a intereses políticos señaló los problemas de la presidenta de Méjico, la señora Sheimbaum. Los jóvenes méjicanos están saliendo a las calles para protestar por las condiciones de vida en el presente marcadas por la violencia y que nada tienen que ver con Hernán Cortes.

Fue al anterior presidente, el señor López Obrador, de origen y apellidos españoles, al que se le ocurrió que España pidiera perdón por la "Conquista". Es lo que se le ocurrió para desviar la atención por el fracaso de sus políticas. Está muy manido el truco de que los gobernantes inventen o desencadenen un problema exterior para desviar la atención de los ciudadanos de los problemas reales del país.

Ahora es su sucesora en el cargo, la señora Sheinbaum, de origen lituano, quien ha cogido el testigo de la petición, para disimular que tampoco ella está siendo capaz de dar respuesta a los graves problemas que sufre Méjico.

Decir que la Historia es una cosa y las leyendas otra, es tan obvio como distinguir la noche del día, pero en algunas ocasiones esa obviedad se difumina hasta formar una sola realidad. Y como las nuevas generaciones en nuestro país no andan sobrados de conocimientos de Historia, aceptan con entusiasmo la llamada "Leyenda Negra" que se empezó a cocinar en el siglo XVI entre los Países Bajos e Inglaterra y, más tarde, ya en el XIX también se les unió Estados Unidos. Es curioso que los países que han llevado a cabo acciones de "EXTERMINIO", y repito lo de "Exterminio", de los pueblos originarios allí por donde han pasado, sean los que más lecciones de ética dan al respecto.

Los británicos exterminaron sin piedad a todos los indígenas que encontraron en América del Norte, expoliaron sus tierras y por supuesto no se "mezclaron" con esos pueblos. Lo mismo se puede decir de las migraciones de holandeses. A sus motivaciones económicas, se añade que eran protestantes. Eso sí, a los españoles les daba por cristianizar a los pueblos indígenas, pero británicos, holandeses no tuvieron que catequizar a nadie porque como se dedicaban a exterminarlos, no quedaba nadie a quien catequizar.

Quien tenga un mínimo conocimiento de la Historia sabrá por tanto que británicos y holandeses fueron los que expandieron la "leyenda" contra los españoles. Hay que situarse en el siglo XVI cuando España era un imperio y británicos y holandeses enemigos de ese imperio. Por una parte España era un imperio de religión católica mientras que Inglaterra y Países Bajos eran anglosajones y protestantes, ¡Ay la religión!. Sí, fue un elemento más en su animadversión contra España.

Los españoles, no digo que fueran "angelitos" pero, además de pelearse, se mezclaron con los pueblos indígenas, pero tampoco se trata de edulcorar l Historia: no hay guerras ni conquistas de guante blanco, y por más que en España la reina Isabel decretó leyes para proteger a los nuevos súbditos, muchos de los que tenían que aplicar esas leyes allende los mares, se las saltaban a la torera y actuaron con crueldad y avaricia.

Pero vuelvo a la señora Sheimbaum para recordarle que Méjico es "independiente" desde 1821 y que desde entonces han tenido tiempo de sobra para construir un país mejor que el que gobernaron los españoles. La pobreza, la desigualdad social, los cárteles de la droga, el expolio continuado de los recursos naturales en las zonas donde viven los pueblos indígenas, es responsabilidad de los nuevos gobernantes no de Hernán Cortes.

La señora Sheimbaum debería dedicar su energía a dar respuesta a las demandas de la "generación Z" de su país que está saliendo a la calle. Son jóvenes hartos de que sus gobernantes no les ofrezcan un futuro. Lo que no es de extrañar puesto que la señora Sheimbaum está más preocupada por lo sucedido hace 500 años que por los graves problemas que tiene su país hoy.

A los más jóvenes, de aquí y de allí, habría que contarles que cuando Hernán Cortes llegó a tierras mejicanas, distintos pueblos indígenas estaban esclavizados y sometidos a otro pueblo: los aztecas. De manera que no fue solo Hernán Cortes quien derrotó al imperio azteca: la hazaña no hubiera sido posible sin que los tlaxcaltecas, totonacas, cholultecas, y otros pueblos indígenas se unieran a los españoles.

Pero ahora gobierna la señora Sheinbaum, que repito, no es precisamente indígena, sino de origen lituano.

Y ya puestos a ese ejercicio tan católico de pedir perdón, habría que pedir a los franceses que pidieran perdón por las incursiones guerreras y de expolio que llevó a cabo Napoleón por toda Europa, incluida España. O incluso nosotros, los españoles, podríamos solicitar que nos pidan perdón los descendientes de los godos, de los romanos, de los cartagineses, o los de los musulmanes que "invadieron" la Península Ibérica .

Volviendo al presente, espero que este gobierno nuestro no nos haga pasar por ver al Rey Felipe pidiendo perdón para contentar a la señora Sheinbaum.

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