Actualizado 20/09/2009 14:00

Carlos Carnicero.- Zapatero: persistir en el error

MADRID 20 Sep. (OTR/PRESS) -

Ni un ápice de revisión de errores. Hay una asignatura pendiente en la clase política, tanto en general como en la española: la imposibilidad casi metafísica del ejercicio de la autocrítica. Se ha establecido que reconocer errores y enmendar las equivocaciones promueve síntomas de debilidad. Entonces se fuerza la sonrisa, aunque la procesión vaya por dentro, y se cierran filas en torno al líder indiscutible, que lo será hasta le minuto siguiente de perder las elecciones.

El PSOE tiene una enorme tradición dialéctica. La tenía. El pragmatismo de Zapatero le ha llevado a realizar purgas internas de todo lo que pudiera significar una contradicción con sus propias ideas. Los puestos se renuevan en personas con criterios que obedecen a modas y caprichos. Los independientes tuvieron su eclosión; ahora están en desbandada. Los valores más sólidos y experimentados del partido salen de la organización o son desplazados al ostracismo; la juventud es un valor absoluto sin matices. La política es sobre todo propaganda. Y la alianza más valiosa que tiene el presidente del Gobierno se encarna en la persona de Mariano Rajoy, embarrado en las encuestas sin ascensión posible. Es muy posible que el PSOE, por el camino que va, pierda las próximas elecciones que se sitúen la alcance del PP sin mérito alguno.

La foto del Comité Electoral de ayer es eso: una sonrisa forzada del presidente de Gobierno con José Blanco al lado, que pese a ser uno de los políticos con más criterio propio en el PSOE y uno de los pocos que se atreve a discrepar de Zapatero, actúa cerrando filas como le corresponde en su condición de vicesecretario general.

Las aguas revueltas en el socialismo español son todavía subterráneas. Como reconocía en un artículo de El País Juan Carlos Rodríguez Ibarra, en el PSOE se practican las adhesiones inquebrantables y se desconoce la utilidad de la crítica. Más de lo mismo

Contenido patrocinado