MADRID 26 Mar. (OTR/PRESS) -
Y soluciones. El Gobierno no acaba, al menos públicamente, de llamar a las cosas por su nombre. Ha sido el diario El País el que en los últimos días nos ha contado que Zapatero tiene un plan de choque para adelantarse a la crisis. También alguna declaración dispersa de Solbes, pero en la que no acaba de rematar nada. La prueba es que sigue sin revisar los Presupuestos del Estado y su cuadro macroeconómico.
La mentirosa cantinela preelectoral de que aquí no pasaba nada, de que estábamos en la Champion, de que habíamos superado a Italia y ahora venía Francia, de que somos fuertes y superaremos cualquier obstáculo exterior que pueda venir, hemos pasado sin solución de continuidad en apenas unos días pasadas las elecciones, a todo lo contrario. Todos y cada uno de los que se permitían llamar antipatriotas o catastrofistas (periodistas y políticos) ahora hablan ya de crisis como si lo hubieran hecho en los últimos meses, con una naturalidad que sorprende. Ya no sólo hay crisis, sino que el Gobierno se adelanta a la crisis y ya está en la elaboración de un plan de choque para frenar sus efectos sobre el crecimiento, los precios y el desempleo. Hay desde luego mucho caradura que sin despeinarse ahora habla tranquilamente de crisis económica en toda regla. Y está convencido.
La realidad es que aún no tenemos el diagnóstico de lo que nos pasa y menos aún medidas serias y eficaces para aminorar los efectos perversos que la crisis propia y la ajena van a dejar en el empleo, en el PIB y en los precios. Lo que sabemos hasta ahora: los 400 euros, el Plan Caldera y construir VPO no parecen ni las mejores ni las más adecuadas medidas que necesita la economía española para afrontar la crisis. Mientras, seguiremos viendo como nuestro crecimiento se mengua, el paro aumenta y los precios no ceden ni un ápice. No hay dinero para nada y lo saben las empresas y los particulares. Muy especialmente el sector inmobiliario que hacer aguas por casi todos lados. No se vende ni ropa, ni coches, ni se producen transacciones de inmuebles. Esta es la realidad y afrontarla no puede esperar.
Carmen Tomás.