MADRID 27 Feb. (OTR/PRESS) -
El debate entre Zapatero y Rajoy dejó claro que mientras el candidato del PSOE sigue instalado en los mensajes vacíos, las mentiras y la lejanía de la realidad, el candidato del PP bajó a tierra, repasó los problemas que nos han dejado cuatro años de gobierno de Zapatero y sobre todo la falta de respuesta y de soluciones a los problemas de los españoles.
La retórica frente al contacto con los verdaderos problemas de los españoles. Rajoy supo exponer con contundencia y claridad la inacción del Gobierno y sus consecuencias sobre la economía familiar, los precios, los salarios y el paro. "No me hable de las grandes cifras". En muchos momentos, Rajoy consiguió dejar a Zapatero como el aspirante, como una oposición que intenta con uñas y dentes defenderse. Z no quería hablar de inmigración, ni de terrorismo y en economía faltaba a la verdad. Pero Rajoy insistía una y otra vez en los problemas que preocupan.
Consiguió Rajoy que cada vuelta al pasado de Zapatero se le volviera en contra; que cada frase retórica de Zapatero pareciera tan vacía como siempre y que el presidente en funciones pareciera haber estado cuatro años en la oposición. El candidato del PP le puso a Z contra las cuerdas y sin paliativos. De hecho, no parece haber mucha euforia en la sede de Ferraz. La salida apresurada de Zapatero y las caras de los acompañantes eran la pista. No olvidar tampoco las declaraciones de Caldera tras el debate. Adjetivos vacíos y mención a los asuntos que no debían tocarse: terrorismo y emigración. ¡Qué cara dura! Casualmente justo con la situación económica los asuntos que más ocupan y preocupan a los ciudadanos.
En el PP están eufóricos, pero debería durarles poco y servirles de acicate para preparar el segundo debate, la revancha, mejor aún si cabe con propuestas claras y reales. Ahora buscan debajo de las piedras la crispación inexistente de Rajoy. Misión imposible. Más de trece millones de personas lo vieron digan ahora lo que digan sondeos y encuestas. Que hayan logrado captar votos es ya otro cantar.
Carmen Tomás.