Actualizado 07/05/2008 20:07

Crónica M. Ambiente.- Greenpeace califica de "estafa" capturar y almacenar CO2 como respuesta al cambio climático

- Denuncian que hay un abismo entre el discurso de Zapatero y su política y le acusan de rendirse ante el sector energético

MADRID, 7 May. (OTR/PRESS) -

Greenpeace denunció hoy que los planes del Gobierno de captura y almacenamiento de CO2 (CAC) son una "estafa" que obstaculiza las verdaderas soluciones para luchar contra el cambio climático, según explicó la responsable de la campaña de Cambio Climático de la organización, Raquel Montón, quien puntualizó que la captura y almacenamiento de Carbono "no salvará el clima". Además, denunció que hay un abismo entre el discurso efectuado sobre este tema por el presidente del Gobierno, Jose Luis Rodríguez Zapatero y su política posterior y le acusan de rendirse ante la presión del sector energético.

Estas declaraciones se produjeron durante la presentación a nivel internacional de su informe 'Falsas Esperanzas', del que se desprenden cinco razones para descartar la opción del almacenamiento de CO2, motivos que Montón resume en que "no ayudará a combatir el cambio climático, despilfarra la energía, es arriesgada y cara". A su juicio, se trata de una "estafa" y declaró que "enterrar el carbono es enterrar el dinero necesario para las verdaderas soluciones, como las renovables y sepultar el futuro de las próximas generaciones".

También el director de Greenpeace España, Juan López de Uralde, defendió estos puntos ya que, para su organización, almacenar el carbono "no es sólo contradictorio sino excluyente. Perpetúa el modelo actual de quema de carbón para generar electricidad porque es una estrategia de las industrias carboneras", advirtió.

En este sentido, López de Uralde manifestó su preocupación sobre la posición del Gobierno ante esta situación y advirtió que el Ejecutivo se ha rendido a las presiones de las centrales térmicas, "que en España tienen grandes nombres y apellidos". "Hay un abismo entre el discurso de Zapatero y las acciones reales de este Gobierno, empezando por haber reducido el peso de la política medioambiental al unirla al ministerio de Agricultura", señaló.

Dicen las organizaciones que se pueden reducir globalmente las emisiones de CO2 casi un 50 por ciento para 2050, además de asegurar el suministro energético y hacerlo de un modo "asequible y, manteniendo estable el desarrollo económico mundial", a través de las energías renovables y un uso inteligente de las mismas. "En España, se puede ir más allá, se podría abastecer el 100% de la demanda de electricidad sólo con fuentes renovables para 2050, incluso se podría obtener la totalidad de la demanda energética", aseguró el director de Greenpeace, que denunció que la CAC no sea utilizada como "una excusa para construir nuevas centrales eléctricas de carbón".

TRES TECNOLOGÍAS SIN DESARROLLAR

Concretamente, el CAC abarca tres tecnologías diferentes y, según Greenpeace, no hay en el mundo ningún proyecto piloto que integre todas ellas. Así, Greenpeace explicó que la captura del CO2 (procedente de la quema de carbón de las centrales térmicas para generar electricidad) puede producirse antes, mientras o tras la quema. En este sentido, explicó que todavía no se ha comercializado ninguna técnica, y que se apuesta por la captura tras la quema que es la más derrochadora.

La segunda tecnología comprende el transporte del CO2 hacia su lugar de almacenaje, en principio a través de gaseoductos, cuyo coste depende de la longitud y la calidad del material. Sólo existe una red de gaseoductos de 2.000 kilómetros en Estados Unidos. Por último, el tercer proceso, consiste en el almacenamiento, que se prevé en minas de carbón fuera de explotación, acuíferos salinos subterráneos o pozos de petróleo (operativos o no), sólo cuenta con un proyecto piloto en Noruega, donde desde hace 12 años se inyecta una tonelada métrica al año en un pozo salino.

Sin embargo, señala la organización, el Gobierno ya ha reservado emplazamientos en Cantabria, Aragón, País Vasco, Castilla La Mancha, Castilla y León, Andalucía, Madrid y Comunidad Valenciana, para estudiar el posible almacenamiento de CO2, algunos en lugares tan emblemáticos como las Lagunas de Ruidera (Ciudad Real) o frente a la costa del Parque Nacional de Doñana (Huelva).

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