- La destrucción de las 5.000 unidades se llevará a cabo en menos de dos años
MADRID, 8 Jul. (OTR/PRESS) -
Las bombas racimo tienen sus días contados en España. El Ministerio de Defensa confirmó hoy el inicio de los trámites para su destrucción total, algo respaldado el pasado 30 de mayo en la Conferencia Diplomática de Dublín. Fue la titular de este departamento, Carme Chacón, la que anunció que España se adelanta a los plazos dados en este Tratado y que dejará de producir este letal artefacto y destruirá el arsenal en propiedad de las Fuerzas Armadas en cuanto el Consejo de Ministros así lo decida. De esta forma, una empresa privada eliminará 5.000 unidades de estas bombas en menos de dos años.
"España va a situarse a la cabeza de los países que han acordado la erradicación de las bombas de racimo y va a proceder a destruir las municiones de este tipo en el plazo más breve posible". Con estas palabras de Chacón, pronunciadas durante una visita a la Academia de Ingenieros del Ejército de Tierra en la localidad madrileña de Hoyo de Manzanares, donde se encuentra el Centro Internacional de Desminado, el Ejecutivo confirma su compromiso con el Tratado firmado a finales de mayo en Dublín y que supuso el acuerdo internacional para terminar con unas de las armas más destructivas.
En concreto, antes de que acabe el mes, el Consejo de Ministros discutirá la propuesta y, en cuanto se apruebe, las Fuerzas Armadas tendrán prohibido el uso de este tipo de municiones, aunque Chacón aclaró que no las han utilizado "en operaciones". La ministra explicó que España "siempre ha cumplido escrupulosamente con las conversaciones sobre prohibiciones o sobre restricciones de armas que puedan tener un efecto indiscriminado sobre la población". La intención de Defensa es dejar de producir y destruir unas 5.000 unidades, que serán eliminadas en menos de dos años por una empresa privada contratada a este efecto.
MUERTE SIN REMEDIO
Acompañada del secretario de Estado de Defensa, Constantino Méndez, Chacón recordó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se ha comprometido a aprobar antes de que concluya 2008 un Plan Nacional de Derechos Humanos. Como indicó, entre estos compromisos adquiridos figura la erradicación de la pena capital, y precisamente las bombas racimo son, a juicio de la ministra, "una pena de muerte sin sentencia, sin recurso posible, inapelable, ejecutada sobre seres anónimos, muchos de ellos niños".
Agregó que España "fue siempre partidaria" de un Tratado como el alcanzado en Dublín, "cuando se decidió la completa erradicación de este tipo de munición". "El tratado resultante de esta Conferencia, al que se han adherido ya más de cien países, obliga a prohibir estas municiones, incluyendo el empleo, el desarrollo, la producción, la adquisición, el almacenamiento, la conservación y la transferencia de municiones de racimo que causen daños inaceptables a los civiles", aseveró. Además, Chacón declaró que también se cumplirán las previsiones referidas a la cooperación y a la asistencia internacionales referentes a la "ayuda a las víctimas que hayan sufrido este tipo de munición, la ayuda a sus familiares y a todas las comunidades afectadas".
No obstante, en su opinión, la "amenaza" no desaparecerá "de la noche a la mañana". Y es que "aunque se interrumpiese en este momento la fabricación de este tipo de bombas, todavía miles de ellas seguirán desperdigadas por el mundo". De hecho, las Fuerzas Armadas han desactivado en las últimas dos décadas alrededor de 100.000 artefactos en Líbano, Afganistán, Bosnia-Herzegovina o la antigua Yugoslavia.