- Científicos de la NASA comparan la resistencia de moléculas orgánicas con la de cucarachas tras una bomba atómica
LOS ANGELES/MADRID, 14 Jun. (OTR/PRESS) -
Es de sobra conocido que de estallar una guerra nuclear, uno de los pocos seres vivos que sobrevivirían serían las cucarachas, pequeños insectos que los científicos consideran inmunes a los efectos de la radiación. Ahora bien, de producirse la explosión de la Tierra ¿qué sobreviría? Según un grupo de científicos de la NASA unas moléculas orgánicas compuestas de carbono e hidrógeno que fueron imprescindibles para la aparición de vida en nuestro planeta y que han demostrado su indestructibilidad en una supernova. De hecho, los expertos de la NASA ya tienen un simil para estas moléculas orgánicas: una cucaracha cósmica.
Los astrónomos ya sospechaban que la Tierra primitiva debía ser un lugar de condiciones atmosféricas muy duras, con temperaturas extremas, y una superficie planetaria constantemente bombardeada por residuos cósmicos. Por ello, muchos científicos han considerado siempre que las materias primarias que derivaron en el primer germen de vida en nuestro planeta -conocidas también como 'bloques constructores de vida'- debían ser especialmente resistentes para sobrevivir en ese entorno tan tumultuoso.
Ahora, el 'Spitzer Space Telescope' (SST) de la NASA ha descubierto que las moléculas orgánicas que se cree que conformaban esos 'bloques constructores de vida', llamadas hidrocarbonos aromáticos policíclicos, pueden sobrevivir también al durísimo ambiente que se crea en una supernova. Una supernova es la muerte violenta de grandes estrellas que, al explotar, emite toneladas de ondas energéticas al cosmos, destruyendo la mayoría del polvo estelar que se encuentra a su alrededor.
El hecho de que esos hidrocarbonos aromáticos policíclicos puedan sobrevivir a una supernova, que supone uno o más foes de energía (el sol a lo largo de toda su vida sólo llegará a emitir 0,1 foes) indica que son increíblemente resistentes. Concretamente, según informaciones recogidas por OTR/Press en la web de la NASA, se les define como "cucarachas cósmicas aguantando una explosión nuclear". Esa durabilidad pobraría que efectivamente estas moléculas orgánicas forman parte de los 'bloques constructores de vida'.
GERMEN DE VIDA TERRESTRE
Achima Tappe, de la Centro de Astrofísica de Hardvard-Smithsonian, en Cambridge (Massachutes) uso el espectógrafo de infrarrojos del SST para detectar importantes cantidades de hidrocarbonos aromáticos policíclicos en la estela de la supernova N132D, localizada a 163.000 años luz de distancia de la Tierra, en una galaxia denominada, la Gran Nube de Magallanes. "El hecho de que podamos ver hidrocarbonos aromáticos policíclicos que han sobrevivido a esta explosión ilustra su resistencia", explica Tappe.
Estas intrigantes moléculas están compuestas de carbono y atómos de hidrógeno, y han sido localizadas en los cometas, en torno a estrellas nacientes y en los discos que dan formación a los planetas. Partiendo de la base de que toda la vida de la Tierra está basada en el carbono, los astrónomos sospechan que parte del carbono original de nuestro planeta podría venir de esas moléculas, probablemente venidas en cometas que chocaron contra la joven Tierra.
Los astrónomos dice que hay algunas evidencias de que una gran estrella explotó cerca de nuestro sistema solar -originando una supernova- cuando éste acababa de empezar a formarse, al menos 5 millones de años atrás. Si es así, los carbonos aromáticos policíclicos que sobrevivieron a aquella explosión podrían haber contribuido al nacimiento de las primeras formas de vida de nuestro planeta.