- "Rechazo toda forma de angelicalismo que pretende encontrar en cada delincuente una víctima de la sociedad", afirma
PARÍS, 29 Nov. (OTR/PRESS) -
No es una "crisis social", sino que es simple "gamberrismo". Así calificó el presidente francés, Nicolas Sarkozy, los últimos disturbios en los suburbios de París, tras la muerte de dos jóvenes en una persecución policial. Exponiendo sus objetivos en materia de seguridad, el dirigente rechazó "toda forma de angelicalismo que pretende encontrar en cada delincuente una víctima de la sociedad". En este sentido, volvió a hacer especial hincapié en las medidas represivas para proteger a los habitantes de las zonas afectadas.
El domingo, dos menores que viajaban en moto fallecieron en Villiers-le-Bel cuando, durante una persecución policial, impactaron su vehículo contra el coche de los agentes. A raíz de este suceso, se sucedieron noches de altercados por la supuesta mala actuación de las Fuerzas de Seguridad. Unos disturbios que guardaban gran parecido con los graves de 2005 y que, a juicio de Sarkozy, derivan del "gamberrismo".
En un discurso ante 2.000 agentes congregados en el Arco de la Defensa para explicar sus objetivos en materia de seguridad, el presidente de Francia no consideró los enfrentamientos entre alborotadores y Policía fruto de una "crisis social". "Rechazo toda forma de angelicalismo que pretende encontrar en cada delincuente una víctima de la sociedad, en cada revuelta un problema social", agregó, también en presencia del primer ministro, Francios Fillon, la ministra de Interior, Michèle Alliot-Marie, el titular de Defensa, Hervé Morin, y la ministra de Justicia, Rachida Dati.
Por este motivo, negó que los altercados vayan a variar las intenciones del Estado en materia de renovación urbana e igualdad de oportunidades cuya presentación sigue estando prevista para enero. La ministra de Vivienda y Ciudades, Christine Boutin, y la secretaria de Estado encargada de Política de Ciudad, Fadela Amara, desarrollarán está política, pero no lo harán "por las revueltas", según Sarkozy.
"La respuesta a las revueltas no es más dinero sobre las espaldas del contribuyente, la respuesta a las revueltas es la detención de los alborotadores", subrayó. Así, al tiempo que prometió medidas para ayudar a los jóvenes problemáticos a salir de la marginalidad, reiteró su apuesta por las medidas represivas para proteger a las "víctimas de la violencia de bandas, de incivilizados y del miedo", en referencia a los vecinos de las localidades a las afueras de París.
En cuanto a las sanciones, Sarkozy repitió que los causantes de los delitos no quedarán "impunes", especialmente los acusados de disparar contra la Policía que pretendía sofocar los disturbios. "Sin autoridad no hay vida en sociedad posible", indicó, antes de dirigirse a los agentes directamente para luchar contra la droga y la delincuencia. Si los planes del inquilino del Elíseo se cumplen, Francia verá reducido su nivel delictivo en un 5% en sólo dos años y la delincuencia de la vía pública en un 10%.
Estos comentarios coinciden con el último barómetro publicado por el diaro 'Le Figaro'. Según este informe, el 76% de los franceses sospecha que habrá "muchos conflictos sociales en los próximos meses". De hecho, el 51% sostiene que estos conflictos pueden derivar en "enfrentamientos y violencia".
REVISIÓN DE CONCLUSIONES
La polémica surgió por la disparidad de versiones acerca de las circunstancias del accidente del pasado domingo. Y es que, mientras que la Policía defendió tras una investigación interna su actuación, algunos testigos acusaban a los agentes de negligencia y desatención de los dos chicos.
Sin embargo, después de la aparición de imágenes grabadas por un videoaficionado, el Instituto General de la Policía Nacional (IGPN) ha decidido revisar sus conclusiones. Según informaciones de 'Le Monde' recogidas por Otr/press, el vídeo mostraba que los importantes daños sufridos por el coche policial se habían producido posteriormente al choque, con barras, y no como consecuencia del impacto.
Asimismo, los primeros alborotadores ya se encuentran en prisión. En concreto, tres jóvenes de entre 18 y 20 años deberán permanecer varios meses encerrados, tras una resolución del tribunal correccional de Pontoise. Una decisión a la que los abogados se opone, pero respaldada por la Fiscalía, que consideró durante la vista que "un cóctel molotov es un arma de guerra".