- Se produjeron al menos 16 muertos en el centro de Bagdad y otros nueve al norte del país
BAGDAD, 5 Dic. (OTR/PRESS) -
La visita sorpresa a Irak del secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, coincidió hoy con una trágica jornada provocada por la insurgencia iraquí. Y es que al menos 25 personas murieron en varios atentados por todo el país, el más grave de ellos producido en un céntrico barrio chií de Bagdad y que se saldó con la muerte de 14 personas. Además, al norte se produjeron otros tres ataques en otras tantas ciudades que causaron nueve muertos.
Gates llegó a Irak con la intención de evaluar los resultados del esfuerzo estadounidense que ha reducido la violencia en algunas partes del país. Sin embargo, la situación sobre el terreno terminó por demostrarle que Irak está lejos de alcanzar la calma. Según el secretario de Prensa del Pentágono, Geoff Morrell, Gates realizó su sexto viaje en un año para "hacerse una opinión sobre la situación y ver qué más pueden hacer para capitalizar las ganancias que se han logrado desde el aumento de las fuerzas estadounidenses en Irak", que ya alcanzan las 162.000 unidades.
El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, dijo hoy que cree que un Irak "seguro y estable" está "al alcance", aunque todavía queda mucho por hacer. Poco antes de que hablara, y a poca distancia de la Zona Verde donde dio la rueda de prensa, un atentado con coche bomba se cobraba la vida de catorce personas.
Gates, que dio una rueda de prensa junto con su homólogo iraquí, Abdul-Qader al-Obeidi, dijo que los iraquíes que han estado luchando contra Al Qaeda y otras fuerzas insurgentes a nivel local deben integrarse en las fuerzas de seguridad iraquíes, por ejemplo.
Ya desde Bagdad, Gates subrayó que un país "seguro y estable está al alcance", aunque "hay que ser paciente". En este sentido, hizo hincapié en el descenso global de la violencia en Irak en los últimos meses, que ha llevado a un aumento en el número de refugiados que han regresado a sus lugares de origen así como a una mayor inversión extranjera.
A su juicio, esto "ha llevado a un creciente sentimiento de normalidad y esperanza". No obstante, reconoció una creciente actividad insurgente y terrorista en el norte de Irak, situación que discutió con los comandantes militares estadounidenses en su primera visita a Mosul. "Sé que los iraquíes están más que preparados para los retos", afirmó Gates, pero "todavía queda mucho por hacer".
Respecto a este supuesto receso de la violencia, el portavoz del Ejército iraquí, el general Qassim al Moussawi achacó la actual situación al "apoyo de los ciudadanos de Bagdad y la vuelta de las tropas estadounidenses". Un respaldo del que se retirarán progresivamente las tropas checas, después de que la Cámara Baja aprobase la intención del Gobierno de reducir de 100 a 20 la presencia del contingente, que sirve de apoyo al Ejército británico cuyo despliegue también se reducirá.
TRÁGICA JORNADA
Como si su visita llamase precisamente a lo contrario que pretende ejemplificar, hoy fue una jornada especialmente negra en Irak. Sucedieron varios atentados, el más grave de los cuales asoló un céntrico barrio chií en Bagdad. Según fuentes policiales y médicas, se produjeron al menos 16 víctimas mortales y más de una treintena de heridos por la explosión de un coche bomba frente a la denominada Zona Verde.
Este atentado hacía el número cuatro en un único día. Y es que, anteriormente, en Mosul, la deflagración de un coche se saldó con la muerte de un civil y heridas para otros siete. En Baquba, a 60 kilómetros al norte de la capital, un terrorista suicida atacó una estación de autobuses y mató a cinco civiles, según la Policía, que habló también de alrededor de una veintena de personas heridas.
El tercer ataque se produjo también por un coche bomba en Kirkuk. Éste se cobró la vida de tres soldados kurdos, dejando además a otros doce heridos como resultado de una acción contra un convoy de seguridad de un jefe policial que viajaba hacia la localidad de Suleimaniya, al este.