- Putin queda de primer ministro en un escenario marcado por el continuismo
MOSCÚ, 7 May. (OTR/PRESS) -
El Kremlin tiene nuevo inquilino. Desde hoy, el presidente de Rusia es Dmitri Medvedev, que juró su cargo en una impresionante ceremonia en la que prometió garantizar las libertades civiles y económicas. Sin embargo, pese al cambio del bastón de mando, su predecesor Vladimir Putin no abandona la primera línea política y pasa a convertirse en primer ministro, en un país poco acostumbrado a los dobles mandos.
Medvedev, de 42 años, puso la mano sobre la Constitución rusa ante unos 2.000 invitados. En un fastuoso evento al que la prensa extranjera no pudo acceder, lanzó una declaración de intenciones apenas diferente de los mensajes de los últimos años. "Haré todo lo posible para que la seguridad de nuestros ciudadanos no sólo esté garantizada por la ley, sino realmente asegurada por el Estado", afirmó, prometiendo también "construir las empresas más avanzadas, modernizar la industria y la agricultura, implementar un potente sistema de incentivos para la inversión privada".
Tanto Putin como Medvedev ya habían lanzado previamente llamadas al continuismo que hoy volvieron quedar de manifiesto de cara a convertir "a Rusia en uno de los mejores países del mundo". A juicio del nuevo presidente, los derechos y las libertades "son el valor supremo y constituyen la médula de la actividad del Estado", por lo que como "tarea prioritaria" se ha propuesto "seguir fomentando las libertades civiles y económicas y ofrecer nuevas oportunidades civiles".
A Putin, imposibilitado por Ley para la reelección, le queda ahora como encomienda ejercer de primer ministro, un cargo para el que hoy fue nombrado formalmente por su sucesor y 'delfín'. Sin embargo, persisten dudas acerca de la adaptación del ya ex presidente al liderazgo directo del Ejecutivo, dado su perfil político y la primacía de la figura del presidente ruso en un país acostumbrado, desde zares a comunistas, a poderes de un único nombre.
PROTOCOLO
Como todo juramento, el de la Presidencia rusa también cuenta con un protocolo. No obstante, en un país marcado por su historia, persisten detalles curiosos en este traspaso de atribuciones. Medvedev ya posee uno de los denominados maletines nucleares, un dispositivo con los códigos de activación de las armas que tan sólo conocen el ministro de Defensa y el jefe del Estado Mayor General de las Fuerzas Armadas, según informaciones de la agencia Ria Novosti recogidas por otr/press. Junto a cada dueño de estos maletines, se encuentra un funcionario denominado 'operador' que deberá permanecer a una distancia prudencial que permita a ambos ejercer sus respectivas funciones.
Además, a Medvedev se le hizo entrega el derecho uso del estandarte del presidente de Rusia, un lienzo rectangular compuesto por tres bandas horizontales del mismo color que la bandera: blanca, la de arriba, azul, la intermedia, y roja, la de abajo. Una replica se instala en el despacho del jefe de Estado, mientras que otra es izada sobre la residencia presidencial en el moscovita Kremlin y otra más se coloca en el coche usado por el presidente. El presidente también tiene a su disposición cuatro aviones.