Actualizado 25/02/2008 01:00

Francisco Muro de Iscar.- El debate y las encuestas

MADRID 25 Feb. (OTR/PRESS) -

Las cosas no deben andar tan bien como dicen en el PSOE cuando Zapatero lanza un reto a Rajoy en vísperas de su superdebate: "Queremos otro debate entre Maria Teresa Fernández de la Vega y Angel Acebes". ¿Se imaginan la mala uva de la vicepresidenta frente al hombre que peor negocia una crisis, como se demostró tras el 11-M? Pero tampoco deben ir las cosas bien en el PP cuando dejan que Acebes acepte encantado el reto, con casi todas las papeletas para perder. Más debates. Hablar no es nunca malo, pero para estos enfrentamientos se necesita un buen moderador.

El problema es que los partidos pactan tanto todo -escenario, luces, mesas, cámaras, tiempos, publicidad, etc.- que al final el moderador podía ser virtual: "Es su turno, señor candidato". "Ha consumido usted tres minutos", "Ahora le toca usted...". Si eso es moderar que venga Dios y lo vea. Los debates tienen que ser, inteligentes y con la educación que se presume a dos candidatos a representar a España, pero a cara de perro, con las reglas mínimas, con intercambio de golpes dialécticos, con esgrima, con cintura. El debate entre Solbes y Pizarro fue tan contenido, por las reglas, por el árbitro y por los propios contendientes que más parecía boxeo de salón que un combate en regla.

Esperemos que lo de Zapatero y Rajoy no sea lo mismo. No hay que pedir 'sangre', pero tampoco que los dos boxeadores salgan sin haberse despeinado. Lo mejor de un árbitro de boxeo es que evite el juego sucio, pero que deje pelear. El moderador de un debate si peca de algo debe ser de una inteligente inmoderación. Se trata de sacar lo que llevan dentro uno y otro. De ver cómo reaccionan ante las dificultades, si son capaces de armar una respuesta inteligente y con futuro ante una pregunta insospechada. Si de verdad saben lo que piensan los ciudadanos, las apreturas que tienen, lo que les preocupa. No se trata de descubrir si saben lo que vale un kilo de patatas, sino de saber si tienen soluciones para tantos problemas como tenemos y, muy especialmente, en temas como la economía de a pie, la educación, la sanidad, la justicia, la idea de país, la política exterior...

Hay mucha expectación en que estos dos debates que vienen pueden cambiar el signo de las encuestas. ¿De qué encuestas? De las dos últimas publicadas, una habla de que el PSOE aumenta su ventaja respecto al PP; la otra, de que el PSOE ve reducida sensiblemente su desventaja. El sociólogo sabio que es José Juan Toharia reconocía que las encuestas dicen lo que dicen, pero que luego "se cocinan" en los fogones de los ferránadriá de la sociología y que lo que se publica no es lo que sale sino lo que ellos creen que quieren decir los que opinan. Cuidado con las encuestas porque hay quien se fía de Santi Santamaría y quien prefiero hacerlo del cocinero de la tasca de siempre. Y luego hay sorpresas. Atentos al debate.

Francisco Muro de Iscar

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