Actualizado 05/12/2008 01:00

Francisco Muro de Iscar.- Lo que nos preocupa

MADRID 5 Dic. (OTR/PRESS) -

Más que "Feliz Navidad", este diciembre van a llegar felicitaciones deseando "que en 2009 sigas teniendo trabajo". Tres de cada cuatro españoles opinan ya que el desempleo es su principal preocupación, según la encuesta del CIS. En febrero de 2008, en plena campaña electoral, los españoles preocupados por el paro eran el 44,7 por ciento, casi treinta puntos menos, tal vez porque Zapatero prometía entonces el "pleno empleo". El mundo está lleno de profetas de la catástrofe, pero casi siempre son peores los vendedores de aire.

Sólo un 4 por ciento cree que la situación económica es "buena" o "muy buena", pero no sé si el formulario que maneja el INE pregunta por la situación del país o por la personal. Algunos, efectivamente, nunca tienen problemas, pero la mayoría los empiezan a tener y la confianza en que esto mejore ha tocado fondo. Cuando el pesimismo toma carta de naturaleza nadie invierte, se reducen los gastos y las ventas y, como consecuencia, aumentan los stocks, sobra personal, hay despidos o EREs y la pequeña duna acaba convertida en un Everest. Mal camino el nuestro con un Gobierno que sigue dormido en los laureles y haciendo marketing.

Está claro que no hay dinero para cambiar radicalmente la realidad y los políticos deberían saber que, al margen de atender lo mejor posible a los que pierden su empleo, lo que hay que hacer es preparar el futuro. Nuestra economía falla en la productividad y hay que tomar medidas. Y aunque eso no lo pueden hacer sólo los políticos, ellos tienen la mayor responsabilidad y pueden arbitrar medidas con los agentes sociales para que España sea competitiva. Hay que actuar y ser más exigentes. ¿Flexibilizar el despido? Los sindicatos se niegan radicalmente. Hay que crear las condiciones para que crear empleo no tenga un coste inasumible por las pequeñas y medianas empresas o por los autónomos. Hay que luchar contra el absentismo, porque cada día miles de trabajadores faltan a su trabajo sin razones objetivas. Y nosotros pagamos su cara dura.

Hay que potenciar la I+D, porque sólo eso nos hará crecer. Las diferencias, por ejemplo, entre Universidades y Escuelas de Negocio españolas son cada día mayores. Se calcula que el 30 por ciento de quienes se matriculan en la Universidad la abandonan transcurridos dos años, y que el coste de esos abandonos y de la prolongación de los años de carrera nos cuesta a los contribuyentes 7.500 millones de euros, la misma cantidad, prácticamente, que ha destinado el Gobierno a los ayuntamientos para que se enfrenten al paro y creen empleo. Mientras las Universidades públicas se alimentan de la teta pública, una entidad como ESADE ha creado EsadeCreápolis donde ha montado centros académicos, residencia de estudiantes, un hotel de cuatro estrellas y un Parque de Innovación con capacidad para cincuenta empresas, que alimentará sus aulas, sus trabajos de investigación y sus arcas. Eso es imaginación contra el paro, innovación frente a incompetencia.

Francisco Muro de Iscar. francisco.muro@planalfa.es

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