MADRID 6 Nov. (OTR/PRESS) -
Sobre el tercer trimestre habían caído muchos "pronósticos negros". Por ejemplo, los de algunos institutos y servicios de documentación, que advirtieron que se produciría una marcha atrás en la recuperación, o los de la Oposición, que también predijo que el aumento de dos puntos en el IVA significaría un retroceso en la difícil recuperación del PIB. Contra muchos pronósticos, la vicepresidenta Salgado insistió en que estaba convencida de que los cuatro trimestres del año tendrían resultado positivo, en la medición del PIB. Y en el mismo sentido se expresaba todavía hace pocas horas el propio Presidente del Gobierno, Rodríguez Zapatero. Pero los datos son tozudos, y ahora sabemos que no se ha producido, en este problemático tercer trimestre, ni avance ni retroceso, sino "crecimiento nulo", o "crecimiento cero"...
En efecto, el PIB registró un crecimiento nulo en el tercer trimestre del año, si bien creció un 0,2% en términos interanuales, tras siete trimestres consecutivos de caídas, según estima el Banco de España en su boletín económico de octubre. El organismo afirma que los datos del tercer trimestre sugieren un "debilitamiento de la actividad", de "carácter transitorio", como consecuencia, en gran medida, del agotamiento de algunos factores expansivos, especialmente la finalización del Plan 2000E y la reversión de los efectos de anticipación del gasto que se había producido en la primera mitad del año por la subida del IVA. El Banco de España también reconoce que las pautas de consumo han cambiado con la subida del IVA, si bien estima que en un futuro inmediato continuará la suave recuperación del gasto de las familias, apoyada en el aumento del ahorro, aunque afectada aún por la incertidumbre en el empleo. Por el lado del gasto, el crecimiento se habría basado, según el boletín del Banco de España, en la contribución de la demanda exterior neta, que aportó 1,2 puntos al avance del PIB. La demanda nacional, por contra, intensificó su descenso, hasta el -1%. El boletín también señala que la inversión tampoco ha dado muestras de dinamismo, en el tercer trimestre, por el mantenimiento de la incertidumbre económica y porque el crédito bancario ha seguido siendo restringido.
Dicho de otro modo, España ha logrado esquivar la recaída en el tercer trimestre con una tasa de variación intertrimestral nula, y dado que el Producto Interior Bruto lleva sin caer desde enero, el organismo afirma que en términos interanuales, es decir, frente al mismo periodo de hace un año, se produce el primer avance, de dos décimas, tras siete trimestres consecutivos de bajadas registradas hasta el pasado diciembre. Los cálculos de la institución y el resultado que arrojan están realizados con indicadores parciales de la economía, por lo que es factible que la cifra que publique la semana que viene el Instituto Nacional de Estadística, que tiene en cuenta algunos datos más, caiga, finalmente, del lado positivo o del negativo.
En su boletín, el Banco de España afirma que los datos disponibles del tercer trimestre sugieren "un debilitamiento de la actividad de carácter transitorio" debido, en gran medida, al agotamiento de algunas ayudas, en especial, al final de junio, del Plan 2000E para incentivar la compra de coches. Junto a ello, el antiguo instituto emisor recuerda que muchas familias adelantaron sus compras a la primera mitad del año para ahorrarse algún dinero antes de la subida del IVA, que entró en vigor en julio, lo que ha repercutido a la baja en el dato del tercer trimestre de la demanda interna. Añade el Banco de España que las medidas de austeridad aprobadas en mayo por el Gobierno han supuesto un lastre para poder mantener el ritmo de recuperación registrado en el segundo trimestre. De momento, como decíamos, el adelanto del organismo presidido por Miguel Ángel Fernández Ordóñez da un resultado de empate entre las previsiones de organismos internacionales, como la UE, o de instituciones nacionales como Funcas, algunos de los cuales auguraron una vuelta a tasas negativas entre junio y diciembre por las medidas de ajuste y el IVA, frente al Ministerio de Economía, que aseguraba una y otra vez, que se iba a mantener el tono positivo hasta final de año. Para el próximo ejercicio de 2011, el Ejecutivo confía en crecer un 1,3% a pesar de los planes de ajuste tendentes a reducir el déficit, mientras los organismos internacionales y los expertos vaticinan, de media, un repunte de solamente entre el 0,6% y el 0,7%.