Actualizado 29/07/2010 14:00

José Cavero.- Gallardón y Aguirre, dos perfiles distantes.

MADRID 29 Jul. (OTR/PRESS) -

A lo largo de toda la legislatura ya en su tramo final -las municipales y autonómicas se desarrollarán el año que viene- las dos figuras de la política madrileña, la presidenta Aguirre y el alcalde Gallardón, han mantenido estrategias muy distintas, sólo coincidentes en los chispazos de desencuentros que ambos han mantenido, pese a militar en el mismo partido, y pese a los esfuerzos de Mariano Rajoy por evitar tales encontronazos. En realidad, son dos personajes radicalmente distintos: frente al afán de notoriedad de Aguirre, que pretende ser "salsa en todos los guisos", como suele decirse, y tener protagonismo en cualquier cuestión de índole nacional, en cambio, Gallardón practica, sobre todo en los últimos tiempos, un perfil de notoriedad mucho más bajo, sobre todo, a partir de ver rechazada la propuesta de sede olímpica para Madrid para 2016.

Como ha señalado un análisis de El Confidencial, el alcalde de Madrid ha cambiado de estrategia, optando por la discreción, en lugar de aprovechar su proyección nacional para ascender en la jerarquía del PP. Su agenda apenas trasciende el ámbito local y, aunque ha reconocido a su círculo más cercano que está cansado de ser alcalde, Mariano Rajoy ya le ha confirmado públicamente como candidato a los comicios municipales de 2011. El origen de esta nueva táctica no es otro que su fracasado intento de convertirse en diputado en las pasadas elecciones generales, un movimiento que derivó en un agrio enfrentamiento a tres bandas con Rajoy y Esperanza Aguirre que convulsionó a todo el partido. Finalmente, el presidente del PP prescindió de ambos líderes madrileños en la confección de las listas. El propio alcalde reconoció el pasado 30 de junio, durante una entrevista en TVE, que se equivocó al manifestar públicamente su ambición por dar el salto a la política nacional: "No volveré a cometer el mismo error. Creo que me equivoqué, no me importa reconocerlo. Sobre todo, haciendo la solicitud en público, porque en lugar de un ofrecimiento pudo ser interpretado como una presión o una exigencia, y creo que fue un error".

Tras la derrota de 2008, Rajoy recuperó a Gallardón para la Dirección del PP, donde aguarda una nueva oportunidad de escalar políticamente. Sin embargo, sus opciones a corto plazo son escasas. María Dolores de Cospedal espera seguir como número dos, incluso si conquistara la Presidencia de Castilla-La Mancha, en la próxima primavera. Si Rajoy llegara a la Moncloa, Gallardón buscaría el modo de ser nombrado ministro; y si el PSOE repitiera victoria, podría ofrecerse como nuevo jefe de la oposición. Pero también en esta aspiración podría chocar, una vez más, con la lideresa Aguirre, siempre atenta a los acontecimientos políticos nacionales, y siempre deseosa de tener mayor protagonismo, aunque episodios como la trama Gürtel o el caso de los espías de la Comunidad le hayan recortado notablemente sus puntuaciones de popularidad, en los dos últimos años.

Pero, señala El Confidencial, si en el PP se explica la discreción de Gallardón como una mera estrategia, en el PSOE se considera la confirmación de que el proyecto del alcalde para Madrid está "agotado". Con una deuda de 7.300 millones de euros que impide nuevas inversiones, el sueño olímpico hecho añicos y un creciente malestar social por el aumento de tasas, multas e impuestos, los socialistas creen que el alcalde "está de salida, aguantando por obligación". No obstante, las encuestas siguen pronosticando una clara victoria del PP en Madrid. Otro tanto sucede con Esperanza Aguirre, a quien el PSOE busca candidatura alternativa: Trinidad Jiménez, Beatriz Corredor, Ruth Porta, Tomás Gómez. Las encuestas dirán quien se enfrenta a una lideresa que los socialistas consideran "muy quemada y desprestigiada".

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