MADRID 16 Oct. (OTR/PRESS) -
Observa El Periódico de Cataluña que "los ejercicios de democracia interna en los partidos son tan escasos que cuando alguno se decide a practicarlos, ni que sea por necesidad, merece ser contado". Y añade que éste es el caso del PSC, que estos días ultima el contenido definitivo del programa electoral que aprobará el domingo. Sobre la mesa están las 2.000 enmiendas que se han presentado al texto inicial, entre las que destacan las que impulsan una docena de agrupaciones y sectoriales del partido con el objetivo de concretar reformas económicas y sociales de calado y también de intentar que el PSC acentúe su perfil específico ante el PSOE. Algunas agrupaciones (Berguedà, Reus, Igualada) reivindican directamente un grupo parlamentario propio en Madrid, mientras que otras, como la de Roses, se conforman con reclamar más protagonismo en el Congreso de los Diputados, esto es, tener mayor visibilidad en la Cámara Baja ni que sea compartiendo espacio con el PSOE. Por su parte, las juventudes socialistas presentaron este jueves una campaña en la que José Montilla aparece como el Supermán del PSC y que destaca que sus superpoderes consisten en ser un tipo normal y trabajador.
Según fuentes conocedoras de la negociación del programa electoral del PSC, por primera vez el aparato del partido ha mostrado su predisposición a incorporar en el programa alguna mención al papel de los diputados catalanes en Madrid. *Se está negociando con generosidad y flexibilidad por parte de todos*, destacó un dirigente socialista. Se trata, en definitiva, de sumar esfuerzos y sensibilidades, puesto que, tal y como están las encuestas, a los socialistas solo les faltaría aparecer ahora como un partido dividido. La dirección quiere vender cohesión interna (*todo el partido es catalanista*, proclamó el propio José Montilla en el último consejo nacional) y reforzar la imagen de un candidato trabajador, como se intenta en la curiosa campaña que las juventudes del PSC presentaron ayer.
Este viernes estaba previsto hacer público el programa aunque no se acabará de cerrar hasta el fin de semana. Antes del verano, Montilla ya dejó claro a los suyos que, por más que su rival, Artur Mas, detallase los compromisos de CiU, los socialistas no modificarían el calendario previsto. Eso sí, el PSC asume que el líder convergente marca la agenda con sus promesas, como reconoce un miembro del comité de campaña de Montilla. Frente a las propuestas más o menos soberanistas del resto de las fuerzas políticas, el programa del PSC apuesta por recuperar la integridad del Estatut que recortó el Tribunal Constitucional. Por lo tanto, se ciñe al discurso de Montilla, que ha optado por erigirse como el único candidato que defiende la Carta catalana tal y como se aprobó en referendo. De todas formas, algunas de las enmiendas que todavía se están debatiendo aspiran a una reforma constitucional más ambiciosa que la que inicialmente ya aparece en el programa. El propósito sería que la Carta Magna reconociese el carácter plurinacional del Estado. En esa línea, una parte de la militancia reclama que se refuercen las relaciones bilaterales con otras autonomías. Los socialistas catalanes se declaran, de nuevo, federalistas, pero falta que su apuesta gane adeptos tanto en Cataluña como en el resto de España. Por eso, uno de los ejes de la campaña será alertar del riesgo de ruptura. Además de la renovación del pacto constitucional (incluida en el programa antes de que lo pidiese el Cercle d'Economia), hay un conjunto de enmiendas que se centran en las recetas para intentar salir de la crisis y en las políticas sociales pensando en los colectivos más directamente afectados por el paro.
Aunque el texto inicial no lo incluye, este fin de semana se debatirán propuestas que defienden, sin los complejos habituales, la introducción del copago. De hecho, este debate no es nuevo en el PSC, puesto que, ya en el último congreso del partido, se oyeron voces favorables a su estudio y el conseller de Economía, Antoni Castells, es de los que hace tiempo que avisa de que en algún momento deberá proponerse ese sistema de financiación para poder sufragar el elevado coste del modelo sanitario catalán. Tras escándalos de corrupción como el caso Pretoria y el del Palau de la Música, los socialistas plantearán medidas de regeneración democrática, y eso incluye abrir el debate sobre la financiación de los partidos, incluso la ley electoral.