Actualizado 08/02/2007 01:00

José Cavero.- El recusado tiene la palabra

MADRID 8 Feb. (OTR/PRESS) -

De repente, llega a hacerse conocido y "mediático" un señor magistrado, catedrático de Derecho Constitucional., de cuya preparación profesional habla muy bien el PP, pero que el propio PP ha tenido buen cuidado en "laminar" de los debates, deliberaciones y votos que habrán de formularse en el Tribunal Constitucional sobre el Estatuto catalán. Es decir, ahora mismo se ha convertido en elemento esencial en el debate, ya muy largo, sobre el Estatuto catalán. Pérez Tremps llegó a resultar insoportable para el principal partido de la oposición, que jugó todas sus bazas para recusarlo. La excusa: un informe profesional como el que han hecho muchos catedráticos sobre la materia que dominan. Pero al partido opositor no le basta esa victoria de seis a cinco: ahora, al PP le interesa que Pérez Tremps siga siendo magistrado del TC, que no dimita, porque con su marcha posibilitaría un relevo que recondujera las cosas adonde estaban anteriormente: al empate de PP y PSOE en el TC, con el voto de calidad y decisivo de la presidenta. La verdad es que, visto desde fuera, la política y lo políticos ya apenas sorprenden. Puede que escandalicen, y en el peor de los casos, incluso, pueden llegar a asquear a cualquier ciudadano. Sobre todo, por la argumentación que emplean a la hora de justificar una actuación: resulta que Pérez Tremps cometería una inmoralidad y una indecencia si , después de elaborar un dictamen por encargo de la Generalitat, participara en la votación del Estatut. Pero de igual manera, sería indecente que dimitiera y fuera relevado de su condición..., porque ese "fraude de ley", como lo han calificado Zaplana y Sáenz de Santamaría, permitiría que el Gobierno designara otro magistrado sin recusación, y eventualmente favorable a ese mismo Estatuto.

¿Y por qué es o no es inmoral e indecente que se recuse a un magistrado que, cuando era catedrático de Derecho Constitucional, opinó sobre cuestiones de su competencia, y posteriormente, una vez que se elaboró y reelaboró el Estatuto, y fue modificado por el Parlamento de Cataluña y por el Congreso de los diputados, accedió al Tribunal Constitucional? Pues eso está sucediendo: que populares y socialistas han convertido a un relevante catedrático y magistrado, digno de toda honorabilidad, en piedra de escándalo, cuando no en arma arrojadiza.

Ha pasado a formar parte de la batalla por el estatuto, que unos entienden perfectamente aceptable para el Estado español y su Constitución vigente y otros lo llegan a calificar de "antirrégimen" y destructor del sistema democrático vigente. No puede sorprender que, como nos han relatado, el debate para recusar a Tremps en el TC haya llegado a incluir ofensas personales. Es parte de una batalla política sin concesiones al contrario... Todas las partes son conscientes de que "hay juego duro": en la cabeza de Pérez Tremps se juega el Estatuto, la honorabilidad del tribunal constitucional, la estabilidad de los gobiernos de Montilla y de Zapatero... Nada menos.

José Cavero

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