MADRID 17 Abr. (OTR/PRESS) -
Da la sensación de que el gobierno tiene miedo a las palabras. Rehuyó confirmar la existencia de "negociaciones" con ETA hasta el momento en que tales negociaciones se rompieron. Rehuyó más recientemente aceptar que hubiera una crisis económica, y aún prefiere hablar de turbulencias financieras, desaceleración o reducción de la actividad económica. Y ahora, tiene idéntico problema con el trasvase de las aguas del Ebro que van a abastecer a los barceloneses sedientos y con problemas de sequía extrema. El Gobierno se esfuerza en convencer a los ciudadanos de que este trasvase de aguas del Ebro no se puede llamar trasvase. Que se trata, sencillamente, de aprovechar una parte del caudal que, desde hace muchos años, reciben los regantes tarraconenses y que no suelen emplear. Incluso hay explicaciones más elaboradas al "trasvase", como las que proporcionan la ministra Espinosa o algunos diarios nacionales, y esencialmente los diarios catalanes: Dice la ministra: No se trata de un trasvase. Se trata de recuperar agua que se pierde. Es como llevar Coca Cola en una botella perforada y la pierdes. En cuanto a los titulares de los diarios, ofrecen un muestrario divertido: Barcelona recibirá caudales de regantes que ahora se pierden, titula El País. Gobierno y Generalitat sellan el pacto del Ebro. La obra entre Tarragona y Barcelona se mantendrá para futuras crisis. El coste irá a cargo de las inversiones del Estatut, cuenta La Vanguardia. El agua para Barcelona saldrá de la mejora de los regadíos. Alternativa sorpresa al Plan Segre.
La renovación de las acequias del delta aportará 50 hectómetros cúbicos hasta mayo de 2009. La Generalitat subraya que no se le sacará al Ebro una gota más. El Govern inyecta 900 millones para combatir la crisis económica, explica El Periódico de Cataluña. Y luego, los periódicos "más directos" y en línea opositora: El gobierno aprueba un trasvase a Barcelona y se empeña en negarlo. Gastará 180 millones en llevar agua del Ebro desde Tarragona por una tubería de 60 kms y otros 24 en mejorar los regadíos. Se trata de recuperar agua que se pierde. Es como llevar Coca Cola en una botella perforada y la pierdes, dice la ministra Espinosa. El tripartito firmó el Compromiso por el Ebro en 2003 rechazando esta solución por estar recogida en el Plan Hidrológico del P, señalan los titulares de El Mundo. Y los de ABC: El Gobierno cede ante Montilla y pagará 180 millones por el trasvase. Las obras para llevar agua del Ebro a Barcelona empezarán en mayo. La ministra reconoce que se pierde agua en el delta del Ebro. El Gobierno socialista de Aragón que se movilizó contra el PHN, calla ahora. El tripartito renunció por escrito a esta obra en 2005.
Todo está dicho. Ahora posiblemente vengan las movilizaciones de quienes se creen discriminados: agua del Ebro para los barceloneses, pero agua de la lluvia, exclusivamente, para valencianos, murcianos, almerienses...
José Cavero.