MADRID 15 Feb. (OTR/PRESS) -
El Sr. Rodriguez Zapatero ha prometido que, si revalida su triunfo electoral el próximo nueve de marzo, creará 1,2 millones de puestos de trabajo para las mujeres. Esta propuesta se suma a la oferta de 500 euros por hijo hasta los tres años y de 300 hasta los dieciocho para las familias con rentas anuales entre los 11.000 y los 20.000 euros. A medida que avanza la campaña, esto se parece cada vez más a un lamentable ¿Quién da más? No existe coto alguno para las más disparatadas y demagógicas propuestas en la puja para comprar votos. Esta locura de promesas incumplibles ronda en desprestigio de unos políticos que consideran tontos a los ciudadanos y no parecen conscientes de los costes de sus políticas. Vamos por partes.
Los gobiernos no crean puestos de trabajo. Esto es elemental como diría el viejo Sherlock Holmes. Son las empresas, grandes, pequeñas y medianas quienes lo hacen. Una buena política gubernamental puede generar las condiciones para que se destruyan o se creen empleos pero no puede hacer directamente nada para conseguir ese objetivo, salvo que el sector público se dedique a contratar gente a mansalva, lo que además de ruinoso e improductivo es incompatible con los principios de una economía de mercado. Desde esta óptica, las promesas socialistas son un canto a Cartagena.
La idea de ayudar financieramente a las familias con ingresos bajos está llena de buenas intenciones pero su coste, en los términos planteados por el líder socialista, son prohibitivos: alrededor del 2 por 100 del PIB, es decir, una cuantía equivalente a la del actual superávit presupuestario. En estos momentos, esa medida es además irresponsable. Si se suma a todas las demás iniciativas del programa electoral del PSOE, no es que sólo se merienda el saldo positivo de las cuentas públicas, sino que el cumplimiento de las promesas de gasto llevaría "ya" a un déficit público que, antes o después, habría que financiar bien con más impuestos bien con un recorte del gasto.
En este contexto, los programas ofrecidos por el PSOE son pan para hoy y hambre para mañana. El gobierno parece ignorar la gravedad de la situación económica española. Está embarcado en una estrategia demagógica para ganar las elecciones a cualquier precio, convencido de que los ciudadanos se lo creen todo.
Lorenzo Bernaldo de Quirós.