MADRID 27 Feb. (OTR/PRESS) -
A medida que transcurre la campaña electoral, las expectativas de voto del PSOE aumentan, incluso lo hacían antes de conocerse el impacto de la victoria de Zapatero sobre Rajoy en el primero de los dos debates. Tras la derrota catastrófica de Pizarro a manos de Solbes, el presidente del PP necesitaba una victoria, y además clara, en su enfrentamiento con el presidente del Gobierno. Es algo que no ha logrado, como era perfectamente previsible. La falsa satisfacción de los dirigentes del PP es tan disparatada como alguna portada del pasado viernes que adjudicaba a toda plana una falsa victoria a Manuel Pizarro. No hay que cambiar la realidad, hombre, que para eso ya han tenido ustedes toda la legislatura. Si yo fuera ustedes, estaría aterrado ante lo que les puede suceder el próximo lunes en el segundo y último debate, una vez que el presidente del Gobierno ha comprobado que las apariencias de moderación de los últimos días eran para Rajoy de nuevo un juego de yenka con medio siglo de retraso.
Zapatero lo venció clamorosamente en el debate del estado de la nación y lo ha vuelto a ganar ahora, a pesar de un formato rígido que tiende a favorecer al desmesurado y al insultón, el mismo que cambia la realidad, el mismo que al parecer se propone llegar a las elecciones con idénticas obsesiones a las experimentadas durante toda la legislatura. Todas las encuestas que se conocen, unas con mayor y otras con menor amplitud, dan por ganador a Zapatero en el debate dirigido por Campo Vidal. Pero claro, los dirigentes del PP no van a admitirlo públicamente, con lo cual no van a sentirse obligados a cambiar la estrategia en el próximo y último debate, el que moderará Olga Viza. Y es que lo que se ha hecho durante cuatro años era imposible de cambiar a última hora, como parecía haber intentado Rajoy hace un par de semanas o tres. Genio y figura. Nada está escrito, pero es muy difícil a estas alturas que las cosas cambien, que la tendencia favorable al PSOE retroceda, como es difícil que este partido alcance la mayoría absoluta. Sólo faltan doce días.
Pedro Calvo Hernando.