La inútil fragata

La alegría por el desenlace del secuestro del atunero español 'Playa de Bakio' no admite reservas, pues la tripulación ha quedado libre y en buen estado de salud, pero la gestión del caso no sólo las admite, sino que las suscita, y eso en el caso de que por parte de las autoridades españolas haya habido alguna gestión, pues todo parece indicar que no la ha habido, o muy poca, pese al flamante Gabinete de Crisis montado para la ocasión por el gobierno y la no menos flamante fragata 'Méndez Nuñez'.

Unos piratas somalíes abordan el atunero, capturan el barco y a la tripulación, piden un rescate, se lo dan, y se marchan por donde han venido hasta la próxima, esto es, permaneciendo al merodeo hasta que pillen otro barco indefenso y se hagan con él y con el correspondiente rescate, pagado, como en el caso del 'Playa de Bakio', por el armador.

¿Dónde ha estado la gestión del gobierno español entonces? ¿Qué intervención ha tenido éste en la resolución del secuetro? ¿Qué ha sacado en claro el pobre enbajador español en Kenia jugándose el pellejo por el sindiós de las calles de Mogadiscio, donde cada barrio tiene un gobierno, y entre todos, ninguno? ¿Qué rendimiento práctico, real, le hemos sacado a la fragata 'Méndez Nuñez', que como todo barco de guerra cuesta una fortuna moverlo? ¿Quién ha perseguido a los secuestradores, o, cuando menos, qué juzgado español ha abierto diligencias para procesarlos?

Si cuando ETA o el GRAPO secuestran a alguien se dice, con voz campanuda y cierta indiferencia por la suerte de las víctimas, que nunca se debe ceder al chantaje, ni pagar rescate, ni hacer concesión alguna para su liberación y la salvación de sus vidas, ¿cómo es que ahora el gobierno se dice satisfecho por la resolución del caso, que, como se sabe, se ha resuelto dándoles más de cien millones de pesetas a los piratas? Para ese viaje, para claudicar sin lucha ante unos desharrapados del mar, no hacían falta estas alforjas llenas de gabinetes y de fragatas.

Rafael Torres.