Actualizado 04/03/2008 01:00

Ramón Pi.- Desde la libertad.- Puede que sí, puede que no

MADRID 4 Mar. (OTR/PRESS) -

Esto se escribe cuando aún no se ha celebrado el segundo debate entre Rajoy y Rodríguez Zapatero, al que casi todos los medios de comunicación otorgan una importancia decisiva. Puede ser que la tenga. Pero no me acaba de cuadrar que, a estas alturas, visto lo visto y con la información de que ya se dispone, sea muy grande el número de personas que acabe decidiendo a quién mantiene o a quién expulsa del poder por un debate a seis días de las elecciones.

Pero es posible que las cosas sean así, ciertamente. En las penúltimas elecciones generales alemanas, todos los sondeos daban perdedor al socialdemócrata Gerhard Schröder y, en cambio, unas inundaciones ocurridas quince días antes de los comicios resultaron decisivas, porque, según dictaminaron los expertos en estas cosas, Schröder se puso un impermeable amarillo, se calzó unas botas katiuskas y salió mucho en la televisión con el agua hasta las rodillas. Reacciones así son independientes de la cultura de los pueblos: también fueron los alemanes, uno de los pueblos más tecnificados y cultos del mundo a la sazón, quienes llevaron al poder por las urnas a Adolf Hitler en 1933.

Y, sin ir tan lejos en el espacio y en el tiempo, los atentados del 11 de marzo de 2004 fueron decisivos para enviar a la oposición al partido que gobernaba con mayoría absoluta, y muchos votos se fueron al PSOE porque se quería castigar, como si hubiera sido el responsable de las bombas, a José María Aznar, ¡que no se presentaba a las elecciones!

En este momento, el que diga que sabe lo que va a pasar el próximo domingo miente. Los sondeos a veces aciertan, pero a veces también se equivocan. La indignación de millones de ciudadanos a veces se canaliza en forma de retirada de la confianza a quien se votó, pero a veces ocurre lo contrario, como sucedió en 1993 con un partido socialista ahogado en un océano de corrupción y de crímenes de Estado. En circunstancias como las presentes, pues, parece que lo más sensato es decir lo que dicen que dijo un astuto gallego, preguntado por si iba a llegar alguien a quien se esperaba: Puede que sí, puede que no, pero lo más probable es que, a lo mejor, quién sabe.

Ramón Pi

Contenido patrocinado

Foto del autor

Francisco Muro de Iscar

Políticos, ¡convertíos!

Foto del autor

Fernando Jáuregui

La interesante 'doctrina Armengol'

Foto del autor

Victoria Lafora

Hoy se zurran, mañana pactan

Foto del autor

Carmen Tomás

30.000 millones de gasto en un mes