Actualizado 16/09/2018 19:28

45 años desde el asesinato de Víctor Jara, símbolo de la libertad y de la canción protesta

El cantante chileno Victor Jara
REUTERS

MADRID, 16 Sep. (OTR/PRESS) -

Víctor Jara, el cantautor chileno asesinado por la dictadura de Augusto Pinochet tendría 86 años si un 16 de septiembre no hubiera sido golpeado hasta la muerte en uno de los vestidores del Estadio Chile. Únicamente por su postura comunista y por haber sido funcionario del gobierno de Salvador Allende su cuerpo recibe más de 40 balazos, una bala menos de los años que tenía, ya que se le arrebata la vida a los 41 años de edad.

El icono de la canción protesta en el país sudamericano es una de las figuras que pone cara a los cientos de miles de torturados y asesinados durante la dictadura del general Augusto Pinochet. Es la cara más reconocible del terror que vivió un país entero durante demasiados años y de la brutalidad y arbitrariedad con la que el ser humano es capaz de doblegar a sus semejantes.

"Cuánta humanidad con

hambre, frío, pánico, dolor,

presión moral, terror y

locura".

Es el último poema de Víctor Jara escrito, ya encarcelado y torturado, el 15 de septiembre de 1973, un día antes de su asesinato y en el que además añadía que eran 5.000 los que se encontraban en su misma situación de horror y pánico. Pocos de esos miles salieron con vida o ilesos de ese recinto de tortura.

De origen campesino heredó de su madre su afición por la música. Fueron abandonados por su padre y se trasladaron a la capital chilena aunque se queda huérfano a los 15 años e ingresa en el Seminario redentorista de San Bernardo donde permanece dos años.

En 1957 entra en la Escuela de Teatro de la Universidad de Chile donde conoce a Violeta Parra, la polifacética mujer pintora, escultora, ceramista y cantautora chilena. Autora de la famosa canción 'Gracias a la vida'. Violeta Parra, todo un símbolo en Chile, acoge a un joven Víctor Jara como su discípulo.

En sus primeros años se dedica básicamente al teatro dirigiendo varias obras y obteniendo el Laurel de Oro como mejor director del año en 1960. Siete años más tarde, invitado por Gran Bretaña para recibir otro premio como director teatral, compone una de sus más reconocidas canciones 'Te recuerdo Amanda', dedicada a sus padres Amanda y Manuel.

VERSIONADO HASTA POR SPRINGTEEN

Sus canciones han sido versionadas por muchos artistas, tanto chilenos como extranjeros, y quizá uno de los más sorprendentes en interpretar uno de sus temas es el estadounidense Bruce Springteen, quien versionó 'Manifiesto', homenajeando así a Jara cantando en español por primera vez en 40 años de

carrera. Springteen rendía así homenaje al cantante chileno en el 40 aniversario del Golpe de Estado que termina con la vida de Víctor Jara y de tantas miles de personas inocentes.

En 1967 publica su primer álbum musical con el título que lleva su nombre 'Victor Jara' y con su segundo álbum 'Pongo en tus manos abiertas' presta su apoyo a la candidatura de la Unidad Popular de Salvador Allende y milita en la Juventudes Comunistas.

En 1970 publica 'Canto libre', 'El derecho a vivir en paz' y 'La población', que destacan por su fuerza y belleza poética con las que consigue impulsar y resurgir la canción popular latinoamericana.

Durante la época del Gobierno de Allende es nombrado embajador cultural del Gobierno desarrollando una intensa labor hasta el día de su muerte. Casado con una bailarina inglesa, Joan Turner y fuertemente comprometido con su entorno político y social, esto acabó costándole la vida cuando la situación política en Chile cambió drásticamente.

TRASPASA FRONTERAS COMO SÍMBOLO DE LA CANCIÓN PROTESTA

Sus canciones son sobre el pueblo y sus problemas, en la línea de los cantautores de la época. Consiguió traspasar las fronteras chilenas para ser escuchado en cualquier manifestación progresista e incluso en concentraciones universitarias que se producían en muchos países durante esa época. En España, concretamente, fue himno de muchas manifestaciones durante la Transición a la democracia.

El 11 de septiembre de 1973 el general Augusto Pinochet protagoniza con éxito un golpe de Estado. Víctor Jara, siempre solidario y comprometido, se encierra con otros universitarios en la Universidad Técnica del Estado para mostrar su repulsa ante el golpe de Pinochet y su voluntad de resistir. Le duró muy poco tiempo tal intento y su voluntad de resistencia. Se la arrebataron a golpes y a balazos.

El ejército toma las instalaciones y hace prisionero a Jara al que traslada al ya famoso, por las desgracias allí acaecidas, Estado Chile. Allí es brutalmente torturado y asesinado un 16 de septiembre de hace 43 años.

En 2003, y en memoria de uno de los referentes de la cultura chilena, el estadio se rebautiza con el nombre de Estadio Nacional Víctor Jara y a mediados de 2008 la familia del cantautor consigue reabrir el caso de su asesinato y el coronel Mario Manríquez es acusado de su homicidio y el exmilitar chileno, el teniente Pedro Barrientos, como responsable de la muerte de Víctor Jara al ser quien lideraba las torturas en el Estado Chile.

Sus canciones siguen siendo símbolo de una época. Su figura es el icono de la resistencia y de la voluntad de justicia y de la libertad frente al fanatismo de la imposición.