Publicado 04/02/2025 08:03

Antonio Casado.- Vista a la derecha

MADRID 4 Feb. (OTR/PRESS) -

El castigo de las últimas encuestas a los dos grandes partidos de la centralidad, PSOE y PP (los dos pierden fuelle, aunque más el PSOE), por la escandalosa utilización de las pensiones como pedrada política de ida y vuelta, así como el fracaso de la reciente convocatoria sindical contra la supuesta oposición del PP al "escudo social" del llamado "decreto ómnibus" son las enésimas señales del hartazgo de los españoles con la normalización del despropósito en la vida nacional.

Pero lo más significativo de los últimos sondeos sobre intención de voto es la lenta pero constante mejora de la facturación electoral de lo que hay a la derecha del PP. Según el último barómetro de 40DB, Vox gana casi un punto respecto al resultado obtenido en las últimas elecciones generales, mientras que el PSOE pierde más de tres, el PP medio punto y Sumar se desploma con seis puntos menos. Es muy significativo que Vox esté creciendo a pesar de las constantes alarmas del discurso oficial contra la ola neoreaccionaria que invade Europa y América.

En perspectiva nacional el malestar con una clase política enredada en un permanente intercambio de descalificaciones se refuerza con las narrativas de moda sobre el fracaso de la democracia liberal. Al menos mientras dure el fenómeno "Trump", antes de que los egos que acaban de aterrizar en la Casa Blanca entren en conflicto. Repito: mientras dure el fenómeno "Trump": Un espejismo, a mi juicio, que consiste en hacernos creer que estamos abocados a la cancelación de la triada (democracia, derecho y humanismo) que ha orientado lo que hasta ahora, en esta parte del mundo, veníamos denominando "progreso".

Pie en pared ante los profetas de la "ilustración oscura". No podemos, no debemos, permitir que avance la propuesta del retorno a la ley del más fuerte, por muy ilustrada que sea la propuesta. De puertas adentro, el discurso de Moncloa tiende a identificar los equipajes ideológicos del "trumpismo" con la ultraderecha española liderada por Santiago Abascal. Craso error. Las claves nacionales que inspiran a Vox nos libran de hacer odiosas comparaciones. De esas claves la mas relevante se relaciona con la gobernabilidad del Estado. O sea, la capacidad de la ultraderecha para condicionar la ecuación del poder. Y eso es lo que da lugar a la controversia de fondo. La que nace de preguntarse si poner la estabilidad del Reino en manos de los enemigos de España, de la que quieren emanciparse, es de mejor condición que ponerla en manos del españolismo gesticulante que representaría Vox como socio del PP en un futuro Gobierno presidido por Núñez Feijóo.

Contador