Publicado 19/11/2025 08:01

Carmen Tomás.- Bruselas, a por uvas

MADRID 19 Nov. (OTR/PRESS) -

La reciente revisión al alza por parte de la Comisión Europea de sus previsiones para el PIB y el empleo en España -2,9 % en 2025 y una caída del paro al 10,4 %, según Bruselas- podría parecer una buena noticia. Pero es optimismo de escaparate ya que omite por completo los graves talones de Aquiles que azotan a la economía española.

Para empezar, los pronósticos no mencionan el elefante en la habitación: el PIB per cápita sigue siendo muy bajo al igual que la productividad. Peor aún, la pobreza no figura en el discurso. Crecer más no significa que la riqueza llegue a todos ni reduce el riesgo de exclusión social. Muchas familias siguen al borde de la precariedad o en situación de vulnerabilidad. Por si fuera poco, la deuda pública de España se mantiene por encima del 100 % del PIB, 1,7 billones de euros, según sus propias previsiones.

Tampoco se aborda la manipulación de las estadísticas del desempleo. Más de 700.000 trabajadores con contrato fijo discontinuo (según datos recientes del propio Ministerio de Trabajo) no constan como parados, a pesar de percibir prestaciones durante sus períodos de inactividad. Son registrados como "demandantes con relación laboral" y quedan al margen de la tasa de paro oficial. Eso implica que el desempleo real está muy infravalorado. La Comisión tampoco hace ningún reproche por la evidente manipulación de las estadísticas del INE, admitida por la exministra Nadia Calviño. Según la Asociación de Estadísticos Superiores del Estado, esa injerencia política amenaza la credibilidad institucional y la independencia técnica del INE.

Además, la Comisión no cuestiona lo más básico: España lleva años sin presupuestos nuevos, y no ha enviado a Bruselas un plan presupuestario actualizado desde hace dos ejercicios. ¿Cómo se puede confiar en unas previsiones optimistas sin una hoja de ruta fiscal clara y legítima? Por otro lado, los fondos europeos apenas han servido para cumplir con hitos anecdóticos. La reforma de pensiones ha sido calificada por muchos como un fracaso, y los proyectos restantes están en el aire por la debilidad parlamentaria del Gobierno. Y si hablamos de energía, ningún reproche a la decisión, por ahora, de no extender la vida útil de las centrales nucleares.

Las previsiones de la Comisión Europea para España más que un análisis serio parecen un brindis al sol: números brillantes que ocultan una realidad social y estructural rota. Celebra el crecimiento, sí, pero cierra los ojos ante la creciente inestabilidad del empleo, la deuda galopante, la manipulación estadística y la falta de voluntad política para afrontar reformas verdaderamente transformadoras. Si Bruselas no empieza a exigir responsabilidad real, todo este optimismo podría convertirse pronto en una factura cara para los ciudadanos.

Contador

Contenido patrocinado

Foto del autor

Victoria Lafora

Hoy se zurran, mañana pactan

Foto del autor

Carmen Tomás

30.000 millones de gasto en un mes

Foto del autor

Fernando Jáuregui

Todo lo que estamos haciendo mal (que es mucho)

Foto del autor

Antonio Casado

Un rey de todos