MADRID 1 Abr. (OTR/PRESS) -
Quedan cincuenta y cuatro días para la celebración de las elecciones europeas y la noticia de estos días no está siendo los actos pre-electorales de los diferentes partidos, sino un hecho más bien insólito en nuestra democracia: que a escasas nueve semanas de los comicios, el partido que gobierna en España no haya hecho público todavía quien va a ser su cabeza de lista. Se conoce ya el del PSOE (Elena Valenciano), de IU (Willy Meyer), de UPyD (Francisco Sosa Wagner), de Movimiento Ciudadano (Javier Nart) y de VOX (Alejo Vidal Quadras). Pero en el PP se está a la espera de que Rajoy tenga a bien comunicar, a los suyos y a la opinión pública, quien encabezará la lista para Europa.
Todo el mundo dice que estas elecciones son muy importantes, argumentando para ello que en la actualidad, en las instituciones europeas, se toman decisiones que afectan directamente a la vida cotidiana de los ciudadanos de los Países que integran la Unión Europea. Si esto es así, lo primero que habría que colegir del retraso en la designación del candidato del PP es que este partido está proyectando más bien la idea contraria, porque los electores quieren saber con cierta antelación qué personas de carne y hueso van a defender sus intereses en el Parlamento Europeo. Además resultó un punto ridículo que el PP esté en las últimas semanas llevando a cabo actos pre-electorales por toda España, pero sin candidato.
Por otro lado, esta imagen de que al final todo depende del "dedazo divino" de Rajoy -en expresión acuñada por Esperanza Aguirre- no es nada bueno para la propia imagen del PP. Ya se sabe que la falta de democracia interna es una grave enfermedad que afecta de una manera o de otra a todos los partidos, pero tampoco hace falta presumir demasiado de ello. Además, por ser justos, otros partidos -caso de UPyD, Ciudadanos y VOX- si han tenido un proceso interno de primarias para elegir a los candidatos. Algo, que con todas las imperfecciones que se quiera, siempre será mejor que el de la designación directa por parte del "jefe", como ha sucedido en el PSOE y sucederá en las próximas horas en el PP.
Las elecciones europeas del próximo 25 de mayo van a ser el primer test a nivel nacional de cómo se encuentra el mapa político en España. Las encuestas dan un empate técnico entre el PP y el PSOE y un crecimiento importante de IU y UPyD, así como la posibilidad de que nuevas fuerzas políticas como Movimiento Ciudadano y VOX obtengan también algún escaño. Todos se juegan bastante en estas elecciones, pensando sobre todo en las dos importantes citas del 2015: municipales y autonómicas en la primavera y generales en otoño. Por eso se entiende menos esta especie de pereza de Rajoy por designar a quien encabezará la lista del PP.