MADRID 8 Oct. (OTR/PRESS) -
Jordi Pujol se acercó ayer por la tarde a Badalona "para pasar la bayeta sobre el nombre de la ciudad", como lo describe La Vanguardia..., y para dar unos cuantos tirones de oreja. El que fuera president de la Generalitat dijo, "en calidad de jubilado al que le gusta visitar Cataluña", que lo que se está haciendo con la tercera ciudad del país en número de habitantes es una "auténtica injusticia", que esta asociación de ideas que comienza a imperar entre Badalona, problemas de convivencia, incivismo, gitanos rumanos, delincuencia y otros males del mundo moderno no se ajusta a la realidad, que todos tienen ahora, agregó señalando a los periodistas, la responsabilidad de contribuir a desinflar este globo. Pujol reconoció que los tiempos han cambiado mucho desde su jubilación, que integrar a muchos de los nuevos inmigrantes, a los gitanos rumanos acostumbrados a deambular por Europa, no será una labor sencilla. Su receta: mano izquierda, pero sin claudicar. Los barrios los cuidan los vecinos que los sienten como propios, dijo en Sant Roc, en uno de los rincones más necesitados de Cataluña, y no en el centro de Badalona, en el tradicional granero de votos convergentes de Badalona.
Allí fue más tarde. "Los catalanes tenemos unas maneras de ser y de hacer -siguió-, y debemos lograr que se respeten. Para lograr su integración tenemos que hacer comprender a los nuevos gitanos nuestras costumbres. Y hacer cumplir la ley. Durante años, en Cataluña, se ha hecho demagogia con los que venían de afuera. No se ha sido valiente. No hay que tener miedo de hablar de los problemas". Luego Pujol expresó su deseo de que el PP no obtenga rédito electoral del tratamiento que está haciendo de la inmigración. Y preguntó a la prensa que cómo era posible que hubieran venido tantos. "Yo hago muchas visitas como ésta y no viene ninguno".
La visita de Pujol despertó el morbo desde que el grupo municipal de CiU envió el martes la convocatoria por email a la prensa. Y es que buena parte del itinerario previsto de Pujol coincidía con el paseo por los barrios de Sant Roc y la Salut que, en fecha reciente, dirigentes del PP prepararon para una eurodiputada del partido de Sarkozy. Entonces, airados vecinos, algunos de un modo poco espontáneo, relataron a la francesa todos los problemas y pesares que les suponía convivir con los gitanos rumanos. El caso es que Pujol se encontró en la tarde de este miércoles un panorama muy distinto en Badalona. Los paquistaníes de un colmado le dieron la bienvenida, unas gitanas le dijeron que estaba guapísimo. "¿Más que Montilla?". "¿Ese quién es?". "Vosté d'on ets?". "¿Qué dice?". "Que de dónde es". "Yo soy gitanaaaaa". Fue más emocionante de lo que parece.
La alcaldía de Badalona es socialista. Pero gracias al apoyo de CiU, que ostenta la dirección del barrio y las concejalías de seguridad, convivencia e inmigración. En la asociación de vecinos, cuyo líder fue nombrado cargo de confianza municipal por CiU, a Pujol le llovieron tantas quejas por cómo se vive en Sant Roc como alabanzas a su persona. El president dijo que conocía Sant Roc desde siempre, y que allí se vive ahora mucho mejor, como en el resto de Badalona. Y terminó con un llamamiento a la ciudadanía: no está en manos de las administraciones solucionar todos los problemas de la gente. La gente tiene que implicarse mucho más, tomar un papel activo en pro de la integración, acercarse al diferente y darle la primera oportunidad.