MADRID 23 Nov. (OTR/PRESS) - Suceden tantas cosas, que se muerden los calcañares las unas a las otras, y no hay tiempo de paladear aquellas más originales o deslumbrantes. Lo de volar la Cruz del Valle de los Caídos es una de esas noticias que pasan por delante de nuestros ojos y que en otra época, un mes de agosto, por ejemplo, hubiera suscitado la atención general y, sin embargo, en medio de las elecciones catalanas, en medio del partido Barcelona-Madrid, o en plena crisis de la Unión Europea en esta ocasión a causa de Irlanda, han pasado casi inadvertidas.
La Cruz del Valle de Cuelgamuros no es una cruz cualquiera, sino que tiene una altura de 150 metros, y puede que sea la cruz más alta de toda la cristiandad.
Es decir, que el Foro por la Memoria de la Comunidad de Madrid no está poniendo en marcha una actividad provinciana, sino algo que llegaría a ser noticia mundial. Es un poco raro que un Foro que aboga por conservar la memoria tienda a destruir los vestigios de esa memoria, pero a mí me deslumbra tanto la petición que intentar racionalizarla casi parece una pérdida de tiempo.
Asimismo, considerar que la cruz es un símbolo del fascismo me parece un poco precipitado, porque tengo la impresión de la que la cruz, como símbolo, existía como unos veinte siglos antes de que se construyera el Valle de los Caídos. Los romanos que estuvieron en la península tampoco eran unos demócratas y no parecen existir ánimos para derribar el acueducto de Segovia, y, desde luego, Felipe II, era un absolutista, por lo que podríamos empezar con la Cruz y continuar con el monasterio de El Escorial, donde también hay huesos de muertos, por cierto de reyes muy poco liberales. Por otro lado, se impulsaría la construcción, aunque fuera en el sector derribos. ¡Quién sabe si no podríamos salir de la crisis, volando parte de España!