Publicado 17/10/2025 08:01

Luis del Val.- Luis Ángel de la Viuda

MADRID 17 Oct. (OTR/PRESS) -

El problema de cumplir años no está en la evidencia de que cada anualidad te convierte en una persona con menos fuerza y menos joven, sino en comprobar que, cada doce meses, hay otros números de teléfono, en tu agenda, a los cuales ya no volverás a llamar. Añado el de Luis Ángel de la Viuda, imprescindible en la historia de nuestro periodismo. Le conocí a través de Juan Manuel Golf y, enseguida, me pareció que lo trataba desde hacía varios años.

Si tenías la suerte de asistir a una comida, donde estuvieran Luis Ángel de la Viuda y Manuel Martín Ferrand, ya podías presumir de que habías palpado el manto majestuoso de la profesión, y tocado los bordes del humor más inteligente, porque entre la ironía galaica de Martín Ferrand, y la retranca castellana de Luis Ángel, tus neuronas se agitaban estimuladas por el sentido del humor... y por las buenas viandas. Cuando, entre los dos, consiguieron que Antena 3 Radio se convirtiera, también, en Antena 3 TV, me invitaron a visitar las instalaciones inacabadas, cuando todavía los suelos estaba sin cubrir, y acusé sin misericordia a Luis Ángel de haber elegido ese lugar, porque era el sitio donde Burgos quedaba más cerca de Madrid. Y es que todo el mundo sabía que Luis Ángel de la Viuda era de Burgos, no por curiosidad, sino porque el gran periodista lo dejaba claro, en cuanto conocía a alguien, no fuera que lo confundieran con un gallego como Martín Ferrand.

En cierta ocasión, coincidimos en el consejo de administración de un banco estatal. Nos habían puesto allí para que asintiéramos a lo que decidiera el presidente y el director general, porque el banco había estado muy mal administrado. Nos daban, mensualmente, una miseria por ser obedientes y, en el segundo consejo al que asistí, el director general explicó la situación del banco, que parecía todo lo contrario de lo que sabíamos. Entonces, tras mi estupefacción, Luis Ángel de la Viuda preguntó: "¿Esto es lo que les vamos a contar a los accionistas en la asamblea, o es la verdad?". Y, el director general, respondió rápido: "No, esto es lo que les vamos a contar a los accionistas".

Gracias a Luis Ángel de la Viuda jamás volví a tener fe en los bancos, fueran estatales, privados o mediopensionistas. Y, ahora, hecho en falta su sinceridad, de la que se quitaba méritos, cuando decía: "Soy el periodista más libre de España, porque mi mujer tiene una farmacia y, si me echan de un medio, no me quedo sin comer". Perdona, Luis Ángel: tenía que haber hecho más de una llamada a ese número, al que ya nunca podré marcar.

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