MADRID 23 Feb. (OTR/PRESS) -
Comienza a ser patético el desprestigio moral de la clase política, su obsesiva preocupación por la comunicación, cuando lo único que comunican es una preocupante falta de ideas unida a los malos ejemplos. ¿Alguien ha suprimido algunos de los asesores, que cobran y no asesoran? En los partidos políticos que no están en el poder ¿ha habido ajustes salariales del aparato, despidos o, por el contrario, se ha contratado a nuevas personas? En las autonomías del Reino ¿se ha intentado reorganizar las consejerías, suprimir direcciones generales, agrupar negociados o, por el contrario, se continúa empleando la contratación eventual, como un portillo para convocar oposiciones restringidas y transformar en funcionarios por la puerta de atrás a parientes, amigos y simpatizantes?
A medida que la situación laboral es más difícil, crece el espanto, y, entonces es el momento de recordar si hay algún pariente político, porque los políticos son, ahora más que nunca, una oficina de colocación.
Un amigo me contaba que un mejicano que viajaba a Madrid para la Feria de San Isidro, le comentó que iba a dejar la política, y dedicarse a sus negocios. Al año siguiente, en los toros, mi amigo le preguntó que qué tal le iba sin estar en la política, y le contestó que había vuelto, con este solemne razonamiento: "Es un error vivir fuera del presupuesto". La mayoría pastueña de esta sociedad infantilizada y acobardada, ya sólo aspira a la limosna de un puesto en la Administración. Y la Administración toma nota: va a aumentar la presión fiscal contra los que tienen el coraje de vivir fuera del Presupuesto, lejos de los pesebres partidistas. ¡Duro con ellos! Los más lerdos en Economía ya saben que no se creará empleo hasta el 2014, así que es el momento de no cometer tonterías y hacer lo posible para vivir dentro del Presupuesto. Y lejos del error.