MADRID 31 Oct. (OTR/PRESS) -
La última encuesta del CIS ha marcado la trayectoria política del último tiempo. En la derecha han hecho como que no se creían sus resultados, como si fuese tan fácil organizar una encuesta a base de falseamientos de la realidad. Se han puesto demasiado nerviosos y ya no les queda ni el consuelo de aquellas acusaciones académicas contra Sánchez, que han sido descalificadas por la Justicia. Solo faltaba la virtual ruptura entre el PP y Ciudadanos que deja sin camino el bloqueo de los Presupuestos del Estado. Claro que los de Rivera habían favorecido demasiado las posiciones de los de Casado. Las relaciones políticas entran en una fase ciertamente escandalosa en la que todo se mezcla, especialmente lo que favorece al Gobierno y perjudica a la derecha.
El escándalo Cospedal-Del Hierro-Villarejo es algo tan descomunal que no necesita esfuerzos de calificación. Es un escándalo de primer orden, del que nada se sabe todavía sobre cómo se las arreglará el PP para solventarlo. La Gürtel y las otras muchas pesadillas del PP renacen en el horizonte y en la realidad y amenazan casi con triturar al partido y a sus perspectivas electorales, y eso sin necesidad de que el Gobierno y el PSOE se tomen ningún esfuerzo especial para rentabilizarlo todo. A mí no me gusta nada todo lo que ocurre y tampoco debería gustarle a nadie, pues son cosas que tienen que alejarse de los partidismos, por sus consecuencias siempre nefastas para la mayoría.
Por otro lado, ya suenan a ridículos todos esos esfuerzos de la derecha por descalificar las cosas del Gobierno, incluso en los casos en que tienen razón, que a lo peor no son pocos, pues las comparaciones no resisten el menor análisis. Por ejemplo, es ridículo espantosamente tratar de obligar al Gobierno a que rechace (¿cómo?) resultados parlamentarios porque lleven el voto favorable de partidos que consideran malditos por ideolgía o territorialidad. ¿Tendría Pedro Sánchez que rogarles que corrigieran su voto para convertirlo en negativo? Pero creo que esto tal vez sea demasiado preguntar a ciertas mentes...
Algunos opinan que detrás de todo esto hay que colocar a las elecciones andaluzas. Pero sería demencial que tal cosa fuese cierta, pues elecciones van a venir a puñados en los próximos meses, y de ser cierta esa afirmación, que alguien me explique cómo vamos a movernos en esos meses. Y menos mal que me queda un poco lejos la hitorieta de llamar a Pedro Sánchez golpista y luego hacerse un lío Casado con el tema, para terminar sin explicarnos de verdad si piensa que el presidente es un golpista o no, que creo que todos tenemos derecho a enterarnos, aunque, como sería mi caso, la polémica le interese algo menos que nada.
Reconozco que me he liado un poco, pero lo que pasa es tan fuerte que me van a perdonar. Pero en fin, solo le pido a la derecha, o sobre todo le pido eso, como hice días atrás, que recupere la cordura. Solo eso. Gracias.