Actualizado 15/02/2008 01:00

Rosa Villacastín.- El abanico.- Los derechos de artistas e intelectuales

MADRID 15 Feb. (OTR/PRESS) -

Qué envidia siento cuando veo cómo se están desarrollando las primarías de los demócratas y republicanos en Estados Unidos, donde cada uno puede expresar libremente sus ideas, sin que por eso quieran quemarle en la hoguera. Un comportamiento del que deberíamos aprender, no sólo los ciudadanos, también nuestros políticos, todos, algunos articulistas y tertulianos de nuevo y viejo cuño, e incluso algunos de los firmantes del Manifiesto a favor de ZP.

Decir como se ha dicho que artistas de la talla internacional de Pedro Almodóvar, Joan Manuel Serrat, Sabina, o Penélope Cruz, firman ese manifiesto porque son estómagos agradecidos, resulta ridículo. Un argumento muy pobre, viniendo como viene de un hombre inteligente y preparado como es Mariano Rajoy. Aquí, los únicos que viven del dinero público son los funcionarios, los que ocupan puestos en las diferentes administraciones, los miembros del Gobierno y los representantes del pueblo. No así los periodistas, a quiénes les pagan sus empresas, y menos los artistas. Algo que deberían saber quiénes han estado tantos años ocupando puestos en la administración.

Las subvenciones se las dan a los productores, a los de derechas y a los de izquierdas, no a los artistas. Una practica que no cambió el PP cuando estuvo en el Gobierno. En cuanto al famoso Canon, qué les voy a decir, a mí me molestaría mucho que cualquiera pudiera sacar una copia de mis libros, sin mi permiso y sin pagar por ello. Tampoco me gustaría encontrarlos en el top-manta, como ocurre con los discos y las películas.

Pensar que los artistas son unos señoritos, sin oficio ni beneficio, es desconocer la realidad, su realidad. La mayoría se las ven y se las desean para sacar adelante a su familia, para poder pagar la hipoteca, para dar una digna educación a sus hijos, para sobrevivir en época de vacas flacas. Un panorama que conoce bien cualquiera de los firmantes, al igual que tantos otros españoles, de los que han tenido que salir adelante como Dios les ha dado a entender. Al contrario de los lideres que les critican, ellos no van en coches blindados, que pagan sus partidos, con el dinero que reciben del Estado. No, ellos viven de su trabajo, como cada uno de nosotros, y están en todo se derecho de votar a quién quieran, además de hacerlo en público. Una actitud muy valiente en los tiempos en que vivimos.

De manera que no hagan demagogia barata quienes disponen de todos los medios necesarios para exponer sus ideas políticas, y dejemos cada uno defienda libremente las suyas, puesto que es un derecho reconocido en esa Constitución, que todos dicen defender.

Rosa Villacastín

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