MADRID, 20 Nov. (Portaltic/EP) -
Hay gente por ahí con mucho más dinero que tú. Y no solo con más dinero que tú. Hay gente por ahí con más dinero que países enteros. Eso les permite ir molando mucho por la vida, o embarcarse en bonitos proyectos para salvar el mundo.
Un buen ejemplo es Bill Gates, que de gestionar Microsoft ha pasado a dedicarse a sus labores con su esposa, Melinda Gates. Juntos y con muchos millones en la cartera, lideran diversos proyectos humanitarios. Lo cual está muy bien.
La serie de animación Padre de familia retrató de forma muy divertida el poderío de Bill Gates en uno de sus primeros episodios. El co-fundador de Microsoft, después de un rato de parranda, tiene que marcharse. En lugar de hacerlo como una persona normal, saca una linterna y proyecta el logotipo de Windows en el cielo. Al instante, un helicóptero aterriza para recogerle.
Efectivamente, eso es poderío. Y también ficción. Sin embargo, en la vida se pueden ver casos reales constantemente de cosas que no están al alcance de cualquiera y que le dejan a uno con la boca abierta. Es el caso de de los apartamentos Reignwood Hamilton Scotts de Singapore.
Este edificio permite a sus millonarios inquilinos aparcar sus supercoches en el mismo salón del apartamento, mediante un ascensor especial. Nada mejor para hacerse una idea que ver este vídeo, en el que un tipo que da mucha envidia aparcar un Lamborghini Aventador.
