"La felicidad no depende de lo que uno tiene sino de lo que uno percibe"

Actualizado: jueves, 4 diciembre 2014 11:12
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MADRID, 21 Mar. (Portaltic/EP) -

   Por segundo año consecutivo se celebra el Día Internacional de la Felicidad, que tuvo lugar este jueves 20 de marzo. Todos buscamos ser felices y en este aspecto el trabajo juega un papel importante, especialmente a día de hoy. Primero porque muchos luchan por conseguir uno y segundo porque los que lo tienen intentan disfrutar y estar a gusto en su puesto de trabajo.

   Según una encuesta de Adecco elaborada a propósito del Día de la Felicidad, cerca del 80% de los trabajadores españoles dice que es feliz con su trabajo, pero aún así es un 1,2 por ciento menos que hace un año. Mientras, para los desempleados el índice medio de la felicidad es muy inferior, de 5,4 puntos en una escala del 1 al 10. En lo que sí coincide la mayoría de encuestados es en que la estabilidad en el trabajo está por encima de la felicidad.

   Hemos charlado con la psicóloga, coach y escritora Laura García Agustín para reflexionar sobre este tema.

Portaltic (P): ¿Cómo es la felicidad en tiempos de crisis?

Laura García Agustín (LGA): No es muy diferente a la de tiempos que no son de crisis. La felicidad depende no tanto de lo que uno tiene sino de lo que uno percibe que tiene. Dependiendo de cómo valoremos lo que tenemos nos vamos a sentir mejor o peor, no depende de lo de fuera sino de lo que nosotros gestionemos dentro.

(P): ¿Pero se busca la felicidad a día de hoy en las mismas cosas que, por ejemplo, hace una década?

(LGA): Las personas a lo largo de la vida evolucionamos, entonces, quizás hace una década buscábamos unas cosas y ahora otras porque hemos evolucionado. Quizás hemos aprendido a pensar lo que acabo de decir, que la felicidad no es algo que se tenga que buscar fuera sino que es algo que se tiene que buscar dentro, que es algo que se tiene o no se tiene sino que es algo que se va construyendo día a día. Yo siempre le digo a la gente con la que trabajo que no es tanto tener lo que queremos siempre sino valorar o querer lo que ya tenemos.

(P): De la encuesta publicada por Adecco también se desprende que casi un 63% de los encuestados no dejaría su puesto de trabajo actual aunque no fuese feliz en él. ¿Tendemos por naturaleza a primar más el trabajo, los hijos, las facturas... que nuestro bienestar?

(LGA): Yo creo que nuestro bienestar es una de las cosas a las que menos caso prestamos, entre otras cosas porque creemos que se tiene o no se tiene, o que nos lo tiene que proporcionar algo que está fuera. La mayor parte de las personas piensa que son los otros o lo otro lo que nos tiene que dar la felicidad: el trabajo, la familia, la pareja, etc. Y yo creo que cada vez la gente es más consciente de que no es así, de que se puede ser muy feliz en un trabajo aunque el trabajo no sea estupendo si se es capaz de ver la parte positiva de lo que tiene. Y es algo que tú percibes, no es algo que te venga de fuera.

(P): ¿Pero dedicamos el tiempo suficiente a buscar aquello que nos hace felices?

(LGA): No. La mayor parte de las cosas nos pasan desapercibidas por lo que comentaba, la mayor parte de la gente está esperando el gran momento de felicidad y se pierde los pequeños omentos de cada día que están ahí, que no hace falta inventárselos, que ya están ahí, porque no los ve y entonces, lo que no se ve no existe.

(P): ¿Hasta qué punto influye el entorno en nuestra felicidad y hasta qué punto depende de nuestra mente?

(LGA): En realidad la mente lo rige todo. El cómo yo percibo lo que tengo, cómo lo valoro y cómo lo organizo determina cómo me voy a sentir. Es decir, independientemente de que mi casa sea grande o pequeña si yo considero que mi casa es estupenda y me siento a gusto en ella me sentiré bien; si pienso que mi casa es lo peor da igual que sea el mejor chalet del mundo que no lo valoraré. Mi entorno me afecta en función de si yo le doy una importancia mayor o menor pero bien es verdad que las emociones son contagiosas. Si yo estoy al lado de personas que están todo el tiempo quejándose, que están todo el tiempo sacando el 'pero', que están todo el tiempo fijándose en lo que no tienen pues claro, un entorno negativo favorece emociones negativas, así como un entorno positivo favorece emociones positivas.

Mi recomendación: rodéate de gente que te aporte cosas buenas y las personas que te aporten menos cosas buenas mantenlas un poco más alejadas porque no te van a beneficiar tanto.

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