MADRID, 22 Nov. (Juan García Garrido/Portaltic) -
Un juego de acción en mundo abierto que se ha convertido en una de las grandes estrellas del lanzamiento de Xbox One. El juego exclusivo que los amantes de los zombis estaban esperando.
Lo mejor:
-Diversión, brutalidad y mucho sentido del humor
-Más de 1.000 zombis a la vez en pantalla
Lo peor:
-Gráficamente quizás no explote del todo las posibilidades de Xbox One
En un mundo como el nuestro, en el que The Walking Dead es cada semana la comidilla de casi todos los círculos sociales, no se puede dejar pasar un lanzamiento como Dead Rising 3. Lo último de Capcom Vancouver no es solo un juego repleto de zombis enmarcado en un mundo completamente abierto y libre, sino que además es un título que se viste de superventas, tratando de ofrecer una experiencia de juego digna de la nueva generación de consolas.
La historia casi es lo de menos; se trata de la típica historia de supervivencia y superación en un mundo postapocalíptico. Por ello podemos esperar supervivientes desesperados, locos que nos pondrán las cosas difíciles, un grupo de aliados que hará las veces de apoyo y demás clichés de este tipo de lanzamientos. No importa lo genérico que esto llegue a resultar, puesto que lo más importante es su propuesta en la que podemos ir donde queramos, construir las armas que queramos e incluso fusionar los vehículos que nos venga en gana de una extensísima lista.
Sí, lo admitimos, esto de construir armas y vehículos suena un tanto alocado, pero lo cierto es que más allá de su aspecto gráfico más o menos realista, estamos ante un juego que se toma a si mismo a broma. Nick, nuestro protagonista, es un mecánico de la ciudad de Los Santos. Esta excusa le vale a Capcom Vancouver para que sea capaz de manejar con total soltura un bulldozer, un rifle de asalto o un mandoble que ya querrían para sí en muchas bodas de Juego de Tronos.
Pero no contentos con hacer a Nick multidisciplinar, también es un mecánico para todo. Esto se traduce en que es capaz de fusionar una cabeza de dragón con una sombrilla, con unas cuchillas y con fuegos artificiales (por ejemplo) para crear un disfraz de dragón con garras capaz de echar fuego. O que sí encuentra en la calle una apisonadora y una moto, pueda construir al instante una moto-apisonadora... ¿Suficientemente loco? Pues hay cientos de armas y vehículos a fusionar para que disfrutemos.
La clave para poder utilizarlos es la exploración del entorno, ya que en Dead Rising 3 tenemos una ciudad abierta repleta de secretos. Es aquí donde más brilla esta producción, cuando nos olvidamos de las ataduras de las misiones principales y nos ponemos a explorar y descubrir los mil y un detalles que esconde la ciudad. Pueden pasar horas sin que sintamos la necesidad de volver a jugar esa misión principal o secundaria de turno. Y entonces te das cuenta de que te has enamorado de Dead Rising 3. Acto seguido es cuando la trama gana importancia porque, al fin y al cabo, sigues explorando y matando miles de zombis. El amor va en crecimiento hasta tal punto que cada misión secundaria toma casi la importancia de cualquiera principal. Y entonces te das cuenta de que llevas 20 horas de juego y tienes ganas de más.
EN COMPAÑÍA SALE MEJOR
Este momento se puede aprovechar para probar las virtudes del modo multijugador del título, que ofrece un cooperativo para dos en la misma partida y ciudad. Así, Xbox One sincroniza miles de zombis al mismo tiempo, permitiendo que los dos usuarios vaguen libremente por la ciudad o, por el contrario y si así lo desean, cooperen de muy diversas maneras para seguir superando los retos que Dead Rising 3 propone. La experiencia de juego en esta modalidad resulta tremendamente divertida, recordándonos a otro sandbox, pero de la anterior generación, Crackdown. Hacer locuras será nuestra principal preocupación.
Al menos en estos primeros días de Xbox One en el mercado Dead Rising 3 tiene algún que otro pequeño problemilla para conseguir que los zombis en las partidas de los dos jugadores vayan al unísono. No es raro ver al compañero de turno pegando al aire, mientras él en su pantalla se ve rodeado de no muertos. Este es el único gran problema de este apartado, pero sin embargo no el único del título de Capcom Vancouver.
LO NO TAN BUENO
No estamos ante un juego perfecto. Dead Rising 3, como buen título de lanzamiento, busca aprovechar la potencia de la nueva generación pero sin saber muy bien como exprimirla del todo. Por ejemplo esto se ve con los cientos de zombis en pantalla -todos distintos- o las texturas en alta resolución. Y sin embargo hay detalles que evitan que sintamos ese verdadero salto que las consolas que se estrenan estas semanas deberían aportar. Quizás sea por resultar algo tradicional en cuanto a los modelados. O quizás sea porque la ciudad aunque es detallada, no lo es mucho más de lo que lo es la Los Santos de GTA V, con los mismos niveles de interactividad que esta última. El caso es que Dead Rising 3 no sorprende todo lo que debería, y además tiene pequeños errores visuales: clipping, aparición súbita de elementos del escenario, algún pequeño bajón en el framerate...
El apartado sonoro por su parte se puede catalogar como cumplidor, con una buena selección de melodías y un doblaje a nuestro idioma que consigue hacer su función de meternos más en la acción -aunque está por debajo del trabajo de los actores originales, en inglés, incluido también en el disco. Si bien es destacable que incluso las llamadas que nos hacen los secundarios a nuestro móvil a través de Xbox Smartglass estén en nuestro idioma.
Sí, hemos dicho Xbox Smartglass, la aplicación de segunda pantalla de Microsoft para su nueva consola que a partir de ahora se explotará mucho mejor de lo que se hizo con la versión de este programa para la anterior Xbox. En Dead Rising 3 podremos acceder a diversos contenidos solo disponibles desde el móvil. Los menos importantes son pistas, consejos o el mapa y las misiones secundarias. Los que quizás sean menos estándar son la entrada de llamadas de uno de los personajes secundarios a nuestro teléfono o tablet y la posibilidad de pedir ataques aéreos y similares al ZDC (con la historia ya bastante avanzada).
El último rasgo a destacar sería el aprovechamiento de Kinect. En esta producción se limitan a un puñado de gestos con el mano para apartar zombis y diversos comandos de voz tanto para los menús, como para dar órdenes o hacer burla a algunos enemigos. En general funciona bien, sin embargo en este título es común que los sonidos del propio juego sean interpretados como órdenes de voz, provocando situaciones un tanto incómodas. Por ejemplo, no han sido una ni dos las veces que hemos pausado el juego y ello solo ha salido de la pausa sin previo aviso.
CONCLUSIÓN
Dead Rising 3 es un buen título de lanzamiento que sorprende por el número de zombis en pantalla y una propuesta plena de actividades, retos y secretos por descubrir. Al mismo tiempo cabalga un poco entre dos generaciones, lo que hace que técnicamente tenga pequeños errores que hacen que la experiencia sea algo inferior a lo que debería.
NOTAS
Gráficos: miles de zombis pulularán nuestra pantalla a 720p y 30 imágenes por segundo, solo que sin excesivo detalle de escenarios y con algún problemilla de más. 7,5.
Sonido: Acompañamiento sonoro que es eso, mero acompañamiento, sin destacar en absoluto en ningún aspecto. 8.
Diversión: Una vez nos sumergimos en su mecánica loca de recolectar secretos y construir objetos y vehículos, es un no parar que puede durar más de 40 horas. 9.
TOTAL: Divertido como pocos, aunque menos sorprendente de lo que debería. Si te gustan los zombis o los juegos de mundo abierto, esta es una parada obligatoria. 8.
Desarrollado por Capcom Vancouver y editado por Microsoft, Dead Rising 3 ya está disponible para Xbox One a un precio recomendado de 64,95 euros y para mayores de 18 años, según el código PEGI.