MADRID, 6 Jun. (Carlos Hergueta/Portaltic) -
El otro día, mientras disfrutaba como un enano en una carrera de Mario Kart 8 (Wii U), me sobrevino un pensamiento paradójico: "No es normal que en un juego con una estética tan infantil como Mario Kart 8, suelte tantos tacos. Y tan gordos".
¿Y por qué suelto tantos improperios mientras juego a Mario Kart? ¿Por qué le digo a una entrañable seta esas dos palabras que empiezan por H y por P? ¿Por qué le digo a una dulce princesa, Peach, cosas que obligarían a mi abuela a lavarme la boca con jabón?
Porque los personajes de Mario Kart son basura, escoria al volante.
Llevas ya tres vueltas en tu kart -o moto, o lo que sea que hayas creado en el amplio editor- por el Puerto Toad. Después de unos cuantos adelantamientos y mucho sufrimiento, has escalado a la primera plaza. Apenas te quedan unos pocos metros para terminar y de repente una concha roja se aproxima a ti a toda velocidad... ¡Pero no pasa nada porque llevas una verde pegada al culo desde hace un buen rato!
Mientras te partes de la risa, regodeándote en tu habilidad y ya viendo la línea de meta, un rayo cae sobre ti. Comienzan los sudores y sueltas un taco de los gordos. Te recuperas del mareo y comienzas a avanzar más lentamente hasta tu objetivo mientras maldices, cuando el autor del rayo llega a toda velocidad, te golpea y te roba la primera posición. ¡Hijo de la gran ****!
Eso es Mario Kart. La otra cara de la moneda es llegar el primero y dar saltos de alegría mientras te burlas del contrario. En un segundo puedes pasar de ir el primero a perder. Y, del mismo modo ir el último y escalar puestos gracias a las armas, que se van asignando por efectividad según lo bien o mal situados que estemos en la carrera. Como he leído alguna vez por ahí: Mucho mejor iría el mundo si el poder ayudase a los más desfavorecidos y "castigase" a los más ricos en la misma medida que Mario Kart da armas.
El sistema de armas de esta franquicia es su salsa y responsable de que las partidas lleguen a alcanzar altísimas cotas de diversión... O una frustración que te invita a estampar el mando contra la pared. De esta forma, resulta inevitable no odiar a los otros corredores de Mario Kart en algún momento, ya sean inteligencias artificiales o jugadores con los que hemos conectado online. Merecen que su kart tenga el peor de los accidentes.
Lo divertido del asunto es que ahora, 22 años después del nacimiento de la saga, Mario Kart 8 está sacando a la luz la verdadera cara de los personajes del Reino Champiñón cuando se ponen al volante. Los fans están retratando en vídeo las animaciones faciales de los personajes gracias a las repeticiones que incorpora el videojuego, con efectos en cámara lenta.
Luigi fue el primero y, como podemos ver, se ve que ha practicado bien su cara de satisfacción tras haberle estropeado la carrera a otro:
Sin embargo, la cosa no se ha quedado ahí y ahora es Donkey Kong el que ha sido retratado siendo un capullo:
Seguro que no serán los últimos, porque ya son muchos los medios de comunicación que se han hecho eco de esta divertida tendencia. Seguro que con el tiempo, todos los personajes de Nintendo serán pillados haciendo el mal, que es lo que les gusta hacer en Mario Kart...
Madre mía... ¡me encanta esta franquicia!
