MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
Activistas de Greenpeace han interferido la actividad pesquera del arrastrero de profundidad francés Roselend en el Atlántico Noreste en su campaña en defensa de los océanos para denunciar el impacto ambiental de este arte de pesca que destruye hábitats profundos y captura especies de stock sobreexplotados.
Así, a bordo del buque Arctic Sunrise los activistas unieron con una cuerda una balsa salvavidas a los cables que tiran de la red de arrastre para detener la operación de pesca.
El buque Arctic Sunrise de Greenpeace sigue con la gira por el Atlántico Noreste que inició en octubre dentro de la campaña para demandar el fin de la sobrepesca y un cambio en la gestión de pesquerías mediante una adecuada reforma de la Política Pesquera Común (PPC).
Greenpeace insiste en que la pesca de arrastre de profundidad es una de las pesquerías "más destructivas e insostenibles" de Europa. El método, según explica la ONG se practica desde los 400 hasta los 1.500 metros de profundidad, donde "nadie puede ser testigo del daño provocado". Además, denuncia que los arrastreros faenan cada vez a mayor profundidad porque las especies más cercanas a la superficie están desapareciendo debido a la sobrepesca.
En este sentido, la responsable de la campaña de Océanos de Greenpeace España, Paloma Colmenarejo, ha destacado que el 100 por cien de las especies de profundidad capturadas en el Atlántico Noreste están sobreexplotadas, según los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar (CIEM).
Por ello, ha añadido que Greenpeace demanda "el fin de la sobrepesca" y que se gestione la sobrecapacidad pesquera priorizando el desguace de los barcos "más destructivos", como los de arrastre de profundidad. A su juicio, Europa "debe" cambiar el futuro de las pesquerías a través de la reforma de la PPC y, en este contexto, reclama que España y Francia lideren este cambio y acaben con la sobrecapacidad pesquera. "Greenpeace demanda un futuro para las pesquerías a través del apoyo a una pesca artesanal y sostenible", ha apostillado Colmenarejo.
Finalmente, aconseja a los gobiernos de la Unión Europea que en la reforma que se está realizando en la actualidad tengan una "oportunidad" de dar un cambio radical en la gestión de las pesquerías y considera necesario reducir el tamaño de las flotas, su capacidad y permitir que los stock pesqueros se recuperen a niveles de rendimiento máximo sostenible para 2015.
