El acusado de abusar de la hija de su mujer lo niega y dice que la joven le amenazó con "prepararle una"

Actualizado: miércoles, 3 junio 2009 18:21

El ADN del acusado coincide con una mancha de semen en el pantalón de la denunciante

SANTANDER, 3 Jun. (EUROPA PRESS) -

El acusado de abusar sexualmente de la hija de su mujer, José Ignacio B.C., negó hoy los hechos que se le imputan, y relató como, tras una discusión con la joven, ésta le advirtió de que le "había preparado una" de la que se iba a acordar "toda la vida".

Según relató en su declaración ante la Audiencia Provincial, él y la chica sólo protagonizaron un "calentón", a iniciativa de ella, en el que no hubo penetración y que se produjo cuando ella ya tenía 18 años.

Tras este episodio, en el transcurso de una cena de Nochebuena en la que ambos discutieron, la chica le advirtió: "Te he preparado una que te vas a acordar de mí toda la vida, y es tu palabra contra la mía", y posteriormente presentó la denuncia.

José Ignacio B.C. se enfrenta a una petición de penas de diez años de prisión por parte de la acusación particular y once en el caso de la Fiscalía por presuntos delitos continuados de agresión sexual hacia la hija de su mujer, que se habrían producido entre 1998 y 2004, siendo la víctima menor de edad.

Una de las hermanas --por parte de madre-- de la víctima, relató que compartía habitación con ella y que en ocasiones el padre entraba y se metía en la cama con la menor, que luego se quedaba llorando. Otra hermana, en este caso fruto ya de la relación entre el acusado y su esposa y que también durmió con ella en otro período, contó que no vio nada "raro".

La madre de la denunciante, natural de la República Dominicana, aseveró que se "resiste a creer esto". "No creo que sea capaz de hacer algo así", dijo en alusión a su todavía marido, que se marchó del domicilio de ambos ante las discusiones entre madre e hija que, según dijo el acusado, se producían por él.

En casa, relató la madre, todos se llevaban "muy bien" y su hija no le contó nada de lo sucedido con los abusos. Y confirmó lo dicho por su esposo sobre la amenaza de la joven en la cena de Nochebuena. "Que se abra la tierra y me trague si miento", sentenció.

Una de las pruebas que se tendrán en cuenta es una mancha de semen que apareció en un pantalón de la víctima -cuya declaración fue a puerta cerrada--, que esta guardó durante tres años. Según los informes de los peritos, su ADN coincide con el del acusado, quien explicó que se debió a un momento de "calentón" en que la joven se abalanzó sobre él cuando estaba en la cama, vestido, y comenzó a besarle, para marcharse a continuación.

Las psicólogas describieron las consecuencias que le quedaron a la denunciante por estos hechos, entre las que enumeraron un rechazo a su imagen corporal, trastornos de stress postraumático moderado pero crónico y un cuadro depresivo grave, con ansiedad y sentimiento de culpa.

Son síntomas que se asocian aunque no de manera exclusiva, según explicaron, a situaciones de abusos u otros episodios de stress. Pero el relato "coherente" de los hechos por parte de la denunciante ayuda a hacer "creíble" su versión.

Y una de las psicólogas, de Cavas (Centro de Asistencia a las Víctimas de Agresiones Sexuales), incidió en que, a la luz de su experiencia tratando a la joven durante dos años, "ho hay otro motivo que justifique" los síntomas psicológicos que padece.

DEFENSA

El acusado insistió en varias ocasiones en que "no es cierto" que abusara de la hija de su mujer, y relató que ambas tenían "todos los días gresca", hasta el punto de que "han llegado a las manos", y todo por él, motivo por el que abandonó el domicilio conyugal. "No aceptó nunca mi matrimonio con su madre", indicó.

También contó que la joven andaba por casa vestida de forma "no apropiada", con ropa muy corta. Y expuso que su hija le enseñó unas fotos de la denunciante "en topless" que esta le habría enviado por el messenger a su novio.

Un amigo del citado novio compareció en el juicio para relatar como este le había enseñado esas fotos y "presumido" de estar saliendo con una menor de edad. El portero de una discoteca en la que coincidían, que además es hermano del acusado, informó de esta relación al acusado y a su esposa, la madre de la joven.

TENÍA UN "SECRETO"

El marido de la denunciante señaló que su esposa nunca le había hablado de los abusos sufridos mientras vivía en la casa familiar, pero que sí le avanzó que tenía un "secreto que no le podía contar" porque tenía miedo a que él "se pusiera en su contra".

Finalmente, le contó los abusos, que antes habían conocido dos tías suyas y su abuela, pero que "no se sintió arropada por la familia". A su madre no se lo dijo porque "tenía miedo de la reacción y no tenía la suficiente confianza".

Una de las tías de la denunciante, que la acogió en su casa en la República Dominicana' en una ocasión en la que la víctima se marchó de España, fue informada por su sobrina de la actitud de su padrastro. Según explicó, se quedó "sorprendida", pero no impidió que regresa a España, al domicilio familiar, ni se lo contó a la madre de la víctima, su hermana. La abuela, por su parte, declaró que, ya viviendo en Cantabria, "no veía nada" en la casa y que su nieta no le había contado nada de lo sucedido.

La madre de la denunciante, que aseguró que este tema la tiene "muy abrumada", lamentó que en su familia la "evaden" para cuestiones como esta. "Yo quiero que salga todo bien, que no salgan perjudicados ni él ni la hija mía", afirmó.

En total, el acusado se enfrenta a una petición de diez años de prisión por la Fiscalía por un presunto delito de abusos sexuales continuados. Además, el Ministerio Fiscal solicita que se le prohíba acercarse a menos de 300 metros de la joven o comunicarse con ella durante 14 años, y que la indemnice con 6.000 euros por los daños morales.

Por su parte, la acusación particular pide once años de prisión, que el procesado no se acerque a menos de 500 metros de su víctima por un plazo de 26 años, y que la indemnice con 12.000 euros.