AMP.- Peritos achacan la muerte del bebé de El Ejido a una "malformación" e insinúan un error quirúrgico

Europa Press Sociedad
Actualizado: viernes, 12 diciembre 2008 18:08

ALMERÍA 12 Dic. (EUROPA PRESS) -

El equipo de forenses y especialistas en Medicina Legal citados por el letrado de la defensa de M.R.A., la mujer acusada de asesinar a un bebé de 14 meses al que cuidaba en una guardería clandestina de El Ejido (Almería), achacaron hoy la muerte, que se produjo en 1996, a una malformación congénita de su tracto intestinal detectada en los análisis de anatomía patológica e insinuaron que la sección de la vena cava inferior se produjo durante la intervención quirúrgica a "vida o muerte" que se le practicó en el complejo hospitalario de Torrecárdenas de la capital.

Durante la cuarta sesión de la vista oral con jurado popular, que se celebra en la Audiencia Provincial y por la que la procesada enfrenta una petición fiscal de 18 años de prisión, los peritos rechazaron de forma contundente que las lesiones internas de la víctima se debieran a una patada, un codazo, un puñetazo o, incluso, al efecto de otros menores saltando sobre el abdomen del pequeño.

"No son comprensibles de ninguna manera", ya que ese supuesto impacto traumático que sostiene el informe del Instituto de Medicina Legal de Almería (IML) "es imposible que no afectase a vísceras menos protegidas" que estructuras como la vena cava si éste se produjo "por delante" o "no rompiese antes la columna" en caso de que se hubiese inflingido por la espalda.

Apoyado por una larga trayectoria profesional, con experiencia de 30 años en la práctica de cirugía cardiovascular, uno de los integrantes del equipo subrayó como "posible" el que la sección de la citada vena cava inferior se produjese durante una operación que tildó de "dramática" por la presencia de un hematoma retroperitoneal, "una masa de sangre que no deja ver y que no pone las cosas fáciles incluso en los más experimentados". A la urgencia en la intervención, que obliga "a abrir rápidamente y puede producir desgarros", atribuyó la lesión hallada en el mesenterio del pequeño y en el músculo Psoas.

La práctica de la pericial forense, que se realizó de forma conjunta con la presencia de hasta ocho profesionales en la sala y se prolongó durante más de tres horas, reveló por primera vez en juicio el contenido del informe del servicio de Anatomía Patológica del hospital Torrecárdenas que, tras analizar un tramo de 15 centímetros del intestino delgado extraído al bebé, detectó una malformación congénita consistente en una duplicación del órgano que no apareció, sin embargo, en el informe de cirugía previo.

Frente a las conclusiones ratificadas ante el jurado popular por los médicos forenses del IML, prueba principal de cargo del Ministerio Público que sostiene que las lesiones internas de la víctima "son de tipo traumático exclusivamente y no explicables por ningún proceso patológico distinto al traumatismo", los expertos de la defensa subrayaron la importancia de la patología que padecía, que presentó --ahondaron-- "complicaciones y muy graves" que argumentan en la necrosis del yeyuno y en la fibrosis derivada de "procesos reparatorios muy intensos" de este órgano.

Al hilo de esto, aseveraron que la víctima "no era un niño sano" ya que, según desgranó con en una amplia exposición apoyada con diapositivas basadas en bibliografía médica e imágenes de la autopsia, en un informe del servicio de urgencias fechado diez días de su muerte se reflejó que acudió "con un dolor de cólico y defensa muscular en el abdomen", síntomas que revelaban la "perdida de sangre" provocada por la malformación como los vómitos que la propia acusada dijo en su declaración sufrió el menor poco antes de entrar en shock.

Aludieron, asimismo, a la anemia detectada en los análisis efectuados durante esa visita al hospital y el número de plaquetas "en el límite superior" del considerado normal, que interpretaron como los esfuerzos de su organismo por "cubrir las hemorragia" al tiempo que manifiestan que estas células eran "anómalas", una tesis reforzada, según enfatizaron, padecía otra patología fisiológica que le llevaba a producir sangre no sólo en la médula osea, sino también en el hígado.

IMPACTO ASCENDENTE Y TANGENCIAL

Previamente a la declaración del equipo de peritos propuestos por la defensa, y que no fue sometido a contradicción tal y como recogió en forma de queja en el acta la letrada de la acusación particular, los forenses que practicaron la autopsia al cuerpo del bebé se ratificaron en su informe y apuntaron a que el impacto "considerable" se produjo en trayectoria de "abajo a arriba y tangencialmente" desde la zona inguinal derecha que produjo "un desgarro concreto, en una zona muy concreta".

Tras descartar que el traumatismo se produjera por la espalda, al coincidir en que hubiese roto la columna vertebral, señalaron un patada como posible mecanismo con "arrastre" que no vincularon "necesariamente" con la existencia de lesiones externas tal y como consideró "absolutamente imprescindible" el médico forense de la defensa.

Frente a sus tesis, que argumentan que la bibliografía médica sobre traumatismos abdominales recogen un promedio de 2,4 vísceras dañadas antes de que se produzca la lesión de un vaso que nunca es "sólo la vena cava", los peritos del IML condicionaron esa única herida a la "dirección del impacto" que --reiteraron-- "fue considerable y proyectado con velocidad". Descartaron en esta línea con contundencia que, tal y como argumentó M.R.A., se produjese cayendo de la cama a 30 centímetros del suelo, de un carrito o porque otros menores saltaran encima de él "en el mismo plano", matizaron.

En su escrito de calificación provisional, la fiscal atribuye a M.R.A. la intención de acabar con la vida del bebé, a quien seccionó --sostiene-- de la vena cava interior y provocó un shock hipovolémico que derivó en congestión encefálica y una parada cardiorrespiratoria.

Solicita, asimismo, el abono de una indemnización de 150.000 euros para la madre frente a los 120.000 euros que pide la acusación particular, para la que la condena se eleva a los 20 años al incluir la agravante de abuso de confianza ya que la madre del bebé y la acusada eran "íntimas amigas". La vista oral continuará el lunes en la Sección Segunda de la Audiencia Provincial con el trámite de informes tras lo que el jurado popular se retirará a deliberar.

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