El anticiclón y los 80 km/h alientan las críticas a la contaminación en Barcelona

Contaminación de vehículos
Reuters
Europa Press Sociedad
Actualizado: sábado, 12 febrero 2011 13:08

BARCELONA 12 Feb. (EUROPA PRESS) -

El anticiclón instalado sobre la Península Ibérica y la intención de la Generalitat de suprimir el límite de los 80 kilómetros por hora en algunos accesos a Barcelona han alentado esta semana las críticas de ecologistas, médicos y usuarios del transporte público y bicicletas a la contaminación en la capital catalana.

La polémica se ha retroalimentado por la superación del límite máximo de contaminación fijado por la Unión Europea (UE) en algunas estaciones de medición del área metropolitana, y ha servido para que neumólogos y epidemiólogos hayan recordado la evidencia científica que existe entre polución y enfermedades cardiovasculares y coronarias.

A lo largo de la semana, la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ) ha argumentado que los picos de contaminación disparan los ingresos de enfermos respiratorios y que la contaminación causa siete veces más muertes que los accidentes de tráfico --alrededor de 16.000 fallecimientos prematuros al año--.

En la misma línea, la Sociedad de Salud Pública de Cataluña y Baleares (Sspcb), la Sociedad Española de Epidemiología (See) y la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria (Sespas) han reivindicado también que las zonas 80 tienen "consecuencias positivas" para la salud.

La presión mediática ha llevado al Centro de Investigación en Epidemiología Ambiental (Creal) a denegar nuevas peticiones de información, mediante un comunicado en el que reconocía que Barcelona podría evitar el 3% de las muertes reduciendo un 20% la contaminación ambiental, si bien destacaba que la situación no debía generar alarma.

Estudios del Creal que datan de 2010 ya reconocían que vivir cerca del humo del tráfico duplica el deterioro de las arterias, que la contaminación urbana causa un menor crecimiento del feto uterino e, incluso, llegó a cifrar en junio en 3.500 las muertes que podían evitarse si Barcelona redujera su contaminación.

A pesar de todo, la evidencia muestra que los índices han mejorado en los últimos años --el año pasado fue el primero que Cataluña cumplió con los límites impuestos en partículas sólidas menores de 10 microgramos, no así en emisiones de dióxido de nitrógeno--, y la misma directora general de Calidad Ambiental de la Generalitat, Assumpta Farran, así lo ha reconocido.

La situación no es dramática, han reconocido todos los actores, pero asociaciones de usuarios del transporte público y ciclistas han encontrado nueva munición para reivindicar medidas que limiten el tráfico rodado en el centro de las ciudades.

A partir de ahora será necesario observar el efecto que tendrá la supresión de las zonas 80 --expertos han reconocido que permitieron la reducción del 11% de la contaminación--, a la espera de que la Generalitat redacte en los próximos meses el nuevo plan de mejora de la calidad ambiental.

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