El contramaestre del 'Playa de Bakio': "Pensamos que no volveríamos a ver esta tierra"

Actualizado: miércoles, 30 abril 2008 13:48
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   MADRID, 1 May. (EUROPA PRESS)

 El contramaestre del 'Playa de Bakio', Ángel Fernández, afirmó ayer en declaraciones a los medios después de llegar al aeropuerto de Peinador que a los tripulantes gallegos del atunero vasco se les llegó a pasar por la cabeza que "no volverían a ver esta tierra (en referencia a Galicia). "No vimos el regreso a casa", manifestó.

   En su llegada poco antes de las 11.30 al aeropuerto vigués, procedentes de Madrid, los ocho tripulantes gallegos del 'Playa de Bakio' fueron recibidos por medio centenar de familiares y allegados además de las autoridades, entre las que se encontraba el presidente de la Xunta, Emilio Pérez Touriño; el delegado del Gobierno, Manuel Ameijeiras; y la conselleira de Pesca, Carmen Gallego.

   Ángel Fernández, vecino de Baiona, atendió a los medios y afirmó que el peor momento de los siete días de cautiverio fue el inicio del secuestro y cuando fueron liberados, ya que los secuestradores les "tiraron" en cubierta mientras les apuntaban con ametralladoras. "Si nos levantábamos antes de 10 o 20 minutos nos cepillaban a todos".

   El marinero explicó que cuando los piratas somalíes apresaron el 'Playa de Bakio' los tripulantes estaban cenando y no tuvieron "opción a nada". Relató que "mandaron un lanza granadas que atravesó el puente y rompió todos los aparatos".

   INCOMUNICADOS

   Según apuntó el contramaestre, los captores les apuntaban con metralletas rusas kalashnikov y no les dejaban "más que un minuto para ir al cuarto de baño". "Llevamos siete días muy malos, venimos de una presión muy fuerte", insistió.

   Además, durante el secuestro, permanecieron incomunicados totalmente y, de hecho, se pasaron toda la semana haciendo "vida de camarote a comedor y de comedor a camarote". En este sentido, Ángel Fernández precisó que los secuestrados no podían salir a cubierta, donde estaban apostados los piratas, aunque éstos "por dentro (del barco) siempre procuraban andar sin armas".

   En su relato, contó que cada vez que uno de los marineros se negaban a darles lo que les pedían, como los teléfonos móviles, los piratas les amenazaban haciendo un gesto pasando el el dedo índice por el cuello. "En principio te negabas y decías que no, pero era sí o sí, no había opción".

   "YO ESTUVE SECUESTRADO, NO SÉ SI HUBO RESCATE"

   Fernández, quien aseguró que nunca le faltó comida gracias a su "cocinero fenomenal", afirmó que ninguno de los tripulantes tienen conocimiento de si se pagó o no rescate por ellos. "Lo ignoro, yo estuve secuestrado, no sé si se pagó, si se dialogó o si nos soltaron porque quisieron", aseguró al tiempo que confirmó que los marineros apresados no tuvieron la oportunidad de ver la fragata que les escoltó y estuvo controlando la situación.

   Con respecto a si conocían el riesgo de faenar en aguas del Índico, Ángel Fernández explicó que el 'Playa de Bakio' "nunca arriesgó, ya que faenaba fuera de las 200 millas de jurisdicción somalí". No obstante, reconoció que sabía que existen piratas en esa zona u otras como en Tailandia.

   Este marinero gallego afirmó que lo primero que hará al llegar a su casa es darse una ducha e hizo una petición expresa a los medios de comunicación para que "dejen tranquilos" durante los próximos días tanto a los marineros como a sus familias. El contramaestre afirmó que, en su caso particular, quería reunirse con su mujer y familiares y charlar con ellos tranquilo.

   A la pregunta de los periodistas sobre si volverá a faenar en esas aguas, Ángel Fernández contestó con un contundente "hombre, coño, es donde trabajo", al tiempo que ratificó que se jubilaría a los 55 años.

   LOS TRIPULANTES VASCOS, EN CASA

   Los cinco marineros vascos del Playa de Bakio llegaron, tras varios retrasos, pasadas las doce y media de hoy al aeropuerto de Loiu, donde reconocieron que están "reventados físicamente" y con ganas de reunirse y descansar con sus familias.

   En unas breves declaraciones a los medios realizadas por el marinero Gotzon Clemos, mostró su agradecimiento a los periodistas, así como a los gobiernos central y vasco "que se han portado divinamente".

   "Queremos agradecer el apoyo de los periodistas y de la gente que ha estado con nosotros, sobre todo el Gobierno central y el Gobierno vasco, que se han portado divinamente. Estamos físicamente reventados y queremos estar con nuestras familias y descansar", señaló.

   Los marineros fueron recibidos por el delegado del Gobierno en el País Vasco, Paulino Luesma, y el consejero vasco de Agricultura y Pesca, Gonzalo Sáez de Samaniego, así como responsables de la empresa armadora del atunero.

   A su llegada al aeropuerto vizcaíno, con una hora prevista de llegada que fue atrasada en tres ocasiones, los arrantzales se encontraron de forma privada con cerca de una veintena de familiares, en una sala acondicionada para tal fin. Posteriormente, los cinco pescadores, acompañados del delegado del Gobierno y el consejero de Pesca, salieron para atender a los periodistas, aunque sólo hizo declaraciones Gotzon Clemos.

   Tras este encuentro con los informadores, los marineros regresaron con sus familiares y se fueron marchando en diferentes vehículos, con la intención de comer todos juntos.

   Por su parte, la madre del marinero Jaime Francisco Candamil explicó, en los instantes previos a la llegada de los cinco secuestrados, que tenía "muchas ganas" de verles, sobre todo de "darle un abrazo" a su hijo. Además, la compañera sentimental, Fátima Iturria, dijo que "tienen esperanza y alegría de volver a estar junto a ellos, de estar juntos en familia" porque "el futuro empieza hoy".

   Los cinco marineros vascos del 'Playa de Bakio' habían llegado en avión a primera hora de esta mañana, en torno a las siete y cuarto, a la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid), procedentes de las Islas Seychelles, a donde se habían dirigido con su barco una vez que fueron liberados el sábado por los secuestradores.

   En esta base militar, junto a los otros ocho tripulantes gallegos, fueron recibidos por la ministra de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, Elena Espinosa, cuando bajaron del avión de la Fuerza Aérea española.