EL ESCORIAL 3 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Oficina del Defensor del Menor ha abierto un expediente "para garantizar la protección de los derechos de los menores" que supuestamente pudieran verse afectados por el entorno relacionado con la vidente de El Escorial, Amparo Cuevas, quien afirma que se le aparece la Virgen.
El expediente se ha puesto en marcha después de que la 'Asociación de víctimas de las supuestas apariciones de El Escorial' remitiera el Defensor del Menor el libro '¿Son verdad las apariciones de El Escorial?', de Ángela Loyer-Krause, en el que se narran hechos supuestamente acaecidos en la finca de Prado Nuevo de El Escorial en los años 80.
El informe, al que ha tenido acceso Europa Press, resalta que los hechos en cuestión se sitúan en los años 80, por lo que los niños a los que se hace referencia son en la actualidad mayores de edad. No obstante, indica que "cabe la posibilidad" de que otros menores pudieran encontrarse "sometidos" a un ambiente como el descrito en la citada publicación, aunque también señala que pudiera ser que estos hechos fueran "mera invención de la autora".
"Debemos tener en cuenta que, en la actualidad, muchas de las personas que aparecen identificadas en esta publicación, al parecer, continúan desarrollando actividades relacionadas con las supuestas apariciones de El Escorial y por tanto, cabe la posibilidad de que actualmente puedan existir menores que se encuentren sometidos a un ambiente como el descrito en la citada publicación", señala el documento.
"En vista de lo expuesto, este Comisionado Parlamentario ya ha iniciado, como se le ha notificado previamente, las actuaciones oportunas a fin de garantizar la protección de los derechos de los menores que, en su caso, pudieran verse afectados", añade la misiva.
La Oficina del Defensor del Menor recoge en su informe que en el libro se hace una "continua utilización de los menores y de su inocencia" para tratar de dar verosimilitud a una serie de acontecimientos sobrenaturales que se describen en el mismo.
"Los menores no sólo son utilizados como testigos de las supuestas apariciones y estigmatizaciones de la vidente, sino que se les describe a ellos mismos como receptores directos de dichas apariciones y mensajes divinos mediante numerosas transcripciones de sus supuestos testimonios", continúa el informe.
Por ello, se indica que, a este respecto, cabrían "dos posibles explicaciones". La primera es que los hechos narrados "sean mera invención de la autora" o que estos niños al vivir "constantemente" en un ambiente en el que las apariciones, visiones y estigmas, entre otros fenómenos, aparecen como "tónica habitualmente admitida" como real por los adultos "llegaran a interiorizarlo como algo normal" y a actuar como partícipes directos de tales supuestos hechos.
AMBIENTE INADECUADO PARA EL DESARROLLO DE LOS NIÑOS
El informe establece que el libro de Loyer-Krause describe una situación de "convivencia habitual" de un grupo de niños con un ambiente que de haber existido realmente, "resultaría completamente inadecuado" para el desarrollo de la personalidad de los niños.
"Los niños, cuya personalidad se encuentra aún en periodo de formación son especialmente influenciables e impresionables, y como tales, pueden resultar especialmente vulnerables ante este tipo de situaciones, pudiendo llegar a producirse en ellos, en mayor o menor grado, alteraciones en relación con aspectos tan importantes como la capacidad de diferenciar la ficción de la realidad", señala el documento.
"Si bien, el derecho a la libertad ideológica y religiosa aparece reconocido por nuestra Constitución como un derecho fundamental, no puede este servir de excusa para justificar conductas que perturben gravemente el desarrollo y la salud mental de los menores", añade el texto.
"LA PATOLOGÍA SIGUE EXISTIENDO"
En el libro existen hasta 53 párrafos en los que se narra "maltratos a niños al hacerlos participar en episodios dantescos con supuesta sangre", señaló el presidente de la 'Asociación de víctimas de las supuestas apariciones de El Escorial', Juan Carlos Bueno.
"Aunque estos hechos sucedieron hace 27 años la patología sigue existiendo y aunque no utilizan el recurso de la sangre con tanta frecuencia el uso del terror, la amenaza con la muerte, el demonio, la enfermedad sí que es habitual", continuó.
"Tal vez hay ya muchas vidas de niños y jóvenes destruidas pero debemos procurar que los futuros niños captados sean los menos posibles. Este aspecto de los niños es la prueba inequívoca de la patología de estas personas de las supuestas apariciones de El Escorial que han perdido todo contacto con la realidad y que no dudan en mutilar la vida de un niño con tal de conseguir sus fines", concluyó Bueno.