MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un total de 108 niños menores de 14 años fallecieron en accidentes de tráfico en España en 2007, un 6,1 por ciento menos que en 2006. Sin embargo, esta reducción es menor que la conseguida en el caso de los adultos y la siniestralidad vial continúa siendo, un año más, la primera causa de mortalidad infantil, según un estudio del Real Automóvil Club de España (RACE) y Play presentado hoy con motivo del Día Universal de la Infancia.
Concretamente, de los 108 fallecidos, 71 fueron en carretera y 37 en zona urbana. En comparación con 2006, se aprecia un aumento "leve" de la mortalidad infantil en las ciudades --de 34 fallecidos en 2006 a 37 en 2007--, que pueden corresponderse, en opinión del RACE, con "atropellos, desplazamientos cortos sin utilizar sistemas de retención infantil o el uso de la bicicleta, entre otros".
Asimismo, durante 2007, 605 niños resultaron heridos graves en accidentes de tráfico y 4.878 heridos leves. En relación a 2006, tanto en el número de heridos como en el número de muertos, se observa un descenso en todos los tramos de edad, excepto en el correspondiente a niños de 0 a 1 año y de 2 a 5 años, donde se produjo un aumento de los accidentes mortales.
Por tipo de vehículo, el 48,14 por ciento del total de fallecidos, el 35,7 por ciento de los heridos graves y el 57,5 por ciento de los heridos leves por accidentes viales se producen en turismos, el "principal causante de la mortalidad infantil". En el tramo comprendido entre el recién nacido hasta un 1 año, de los 12 fallecidos totales por accidente de tráfico de 2007, nueve lo fueron como ocupantes de un turismo.
Según un estudio realizado por RACE, la DGT y la Guardia Civil en 2003, más del 60 por ciento de los niños fallecidos en accidente de tráfico viajaban sin sistemas de retención, pero, a pesar de ello, en 2008, dos de cada 10 niños continuaban sin tener puesta la debida protección, lo que aumenta en un 75 por ciento el riesgo de lesión en caso de accidente.
En este sentido, el coordinador de Seguridad Vial del RACE, Antonio Lucas, recordó que "los padres pueden elegir ponerse el cinturón o no, pero los niños no pueden hacerlo". De acuerdo con el estudio, cuando el conductor utiliza el cinturón de seguridad, en el 75,4 por ciento de los casos, el niño viajaba correctamente; sin embargo, cuando el conductor no lleva puesto el cinturón de seguridad, el número de casos de niños que viajan sin protección aumenta hasta el 52,8 por ciento.
"UN SUSTO O LA MUERTE"
Poner al niño el sistema de retención o no ponérselo "es la diferencia entre un susto y la muerte del niño", enfatizó Lucas, que reconoció que el uso de este tipo de sistemas se ha extendido en España en los dos últimos años. Igualmente, el experto recordó que el sistema puede provocar "graves lesiones a los niños" si está mal colocado.
Así, señaló que es preferible "siempre que se pueda" llevar al niño en la parte trasera del vehículo en el asiento del centro "siempre que este disponga de tres anclajes", y que si se lleva al niño en el asiento delantero, hay que desconectar el sistema de airbag delantero y colocar al crio en el sentido inverso de la marcha.
Además, recomendó utilizar preferentemente sistemas de retención nuevas y adaptadas al niño en lugar de otras "prestadas" de segunda mano, asegurarse de que el cinturón de seguridad no vaya por encima del cuello, sino ajustado "lo más bajo posible sobre las caderas", y evitar llevar elementos sueltos, como móviles o navegadores mal enganchados, que puedan convertirse en "proyectiles" contra el menor en caso de accidente.
'Te necesitan ¡Protégeles!'
Con motivo de la campaña 'Te necesitan ¡Protégeles!', que se presentaba hoy, el RACE ha realizado un experimento para ver cual serían las consecuencias de un choque frontal a 50 kilómetros/hora en el caso de un niño que viaje en el asiento delantero, sujeto a la 'sillita', pero colocado en el sentido de la marcha y sin desconectar el airbag delantero.
Los resultados revelaron que el niño, pese al airbag, recibiría un golpe en la cabeza contra el salpicadero con una fuerza de 79g de deceleración durante el impacto, lo que implica "un evidente riesgo de lesión". Asimismo, se observó una "alta probabilidad" de abrasiones en la piel por la fricción y la temperatura de los gases del airbag.