BARCELONA, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
Greenpeace consideró un "cabeza de turco" al hasta ahora director de Ascó I, Rafael Gasca, destituido ayer por la Junta de Administración de la Asociación Nuclear de Ascó-Vendellós tras el escape radioactivo ocurrido en noviembre y notificado en abril.
En declaraciones a Europa Press, el responsable de la Campaña Nuclear de Greenpeace, Carlos Bravo, explicó que tanto él como el también destituido Jefe del Servicio de Protección Radiológica de la Central, Francesc González Tardiu, son "cabezas de turco" para "salvar la cara" tras el indicidente.
Para Bravo, ambos son "culpables" del suceso, pero apuntó que donde se deberían depurar responsabilidades es dentro de Endesa e Iberdrola. Consideró estas compañías "no se quieren hacer cargo de su política de producción a toda costa, incluso a costa de la seguridad". "Quieren salvar un poco la cara, independientemente de quien tenga la culpa", señaló.
Bravo recordó que, en un suceso similar en Vandellòs II que también fue catalogado de nivel II de gravedad por el Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) se cesó al director de la central. Por ello, apuntó que "ahora tratan de hacer lo mismo", así que advirtió de que si sólo se toman estas medidas de nuevo, pueden volver a darse incidentes de este tipo con "repercusión radiológica".
"CREDIBILIDAD" DEL CSN
Por otro lado, Bravo señaló que Greenpeace no está en contra de que se haya destituido al director y al jefe del Servicio de Protección Radiológica, a quienes consideró "culpables por su mala gestión". "Son culpables, pero a la vez cabezas de turco", aclaró.
Por ello, pidió al CSN que "no se pliegue" ante los intereses de las centrales por minimizar la gravedad real del suceso para así reducir la cuantía de las sanciones económicas.
Según aseguró, el CSN se juega su "credibilidad" en que mida con exactitud la radioactividad de las partículas emitidas desde noviembre. En este sentido, celebró que hasta este Consejo haya reconocido ya que Ascó "ocultó información".