Un informe de ADN sobre los restos hallados en un fosa de Alcalá (Madrid) fijará la jurisdicción a la que pertenecen

El Ejército de Tierra localizó los huesos en el cuartel de la BRIPAC de Alcalá, pero podrían pertenecer a combatientes de la Guerra Civil

Europa Press Sociedad
Actualizado: viernes, 7 marzo 2008 14:10

MADRID, 7 Mar. (EUROPA PRESS) -

El hallazgo de restos óseos en una fosa en suelo de la Unidad de Servicios de Base (USBA) 'Primo de Rivera' de la Brigada Paracaidista (BRIPAC) en Alcalá de Henares ha abierto un conflicto de competencias entre la jurisdicción militar y ordinaria que se resolverá con los resultados que salgan de un informe de ADN encargado por un magistrado togado militar al Juzgado de Instrucción número 3 de esta localidad para determinar la antigüedad de los huesos, entre los que figuran cráneos, mandíbulas y tibias.

El Ejército de Tierra localizó varios restos óseos el pasado 11 de febrero durante una excavación para construir un muro perimetral en el nordeste de la base militar de la BRIPAC. Entre los huesos se podrían haber hallado restos del líder del Partido Obrero de Unificación Marxista (POUM), Andreu Nin, asesinado en 1937.

Un juez de la jurisdicción militar se hizo cargo de la investigación, puesto que el hallazgo se produjo en territorio propiedad del Ministerio de Defensa. Al carecer la Justicia militar de competencias para realizar pruebas médicas se remitió a un magistrado de lo penal un exhorto de requerimiento de un peritaje forense para elaborar un informe que determine el ADN de los restos y su antigüedad.

De este modo, se solicitó al titular del Juzgado número 3 de Alcalá que enviara al lugar una comisión judicial con un médico forense para recoger los huesos, algunos de ellos en mal estado, con la finalidad de someterlos a la mencionada pericia.

"Hasta que no estén los resultados del informe no se podrá saber a qué jurisdicción pertenece", insistieron fuentes del TSJM, que añadieron que las pruebas se remitirían al Juzgado Togado Militar que lo investiga.

Si las dudas prosperan, según las mismas fuentes, el caso podría dirimirse en una Sala de conflictos integrada por su presidente, dos magistrados de lo penal y otros dos de lo militar, conforme a las previsiones que contempla el artículo 14 de la Ley de Competencias para resolver este tipo de choques jurisdiccionales.

DESCUBRIMIENTO

El pasado 11 de febrero, varios operarios que se disponían a levantar un muro en la BRIPAC dejaron al descubierto, sin percatarse en un primer momento, varios restos óseos que podrían pertenecer a combatientes de la Guerra Civil del bando republicano, caídos en el frente de la batalla del Jarama, que tuvo lugar en febrero de 1937.

En este escenario también se produjo el secuestro en el mismo año del líder catalán del POUM Andreu Nin, que fue detenido por la policía política soviética a las órdenes de Stalin. Según la versión oficial Nin fue liberado, pero se cree que fue asesinado en su secuestro tras ser brutalmente torturado.

El personal civil y militar de la BRIPAC destacado en el acuartelamiento descubrió el hallazgo, poniéndolo en conocimiento de los superiores del cuartel Primo de Rivera, que los trasladaron al Juzgado Togado Militar número 11. El titular del juzgado castrense se personó en la zona, acompañado por agentes de la Policía Judicial, un médico forense y un secretario judicial de Alcalá de Henares.

El equipo dirigido por el magistrado procedió a la recogida de los restos óseos, abrió diligencias previas para esclarecer el hallazgo y ordenó la paralización de las obras para que se realizara una inspección más intensiva de todo el terreno.

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