MADRID, 16 Nov. (EUROPA PRESS) -
El magistrado juez del juzgado de familia número 7 de Sevilla, Francisco Serrano Castro, abogó hoy por que los trastornos de la alimentación entre los niños puedan llegar a ser considerados como indicadores de que un menor se puede encontrar en riesgo de desamparo.
Durante su intervención en la Comisión Especial de estudio de la problemática de la adopción nacional y otros temas afines, el juez mantuvo que si la legislación ya recoge que el hecho de que un niño esté hambriento pueda ser un indicador del riesgo de desamparo, a su juicio, también deberían incluirse los problemas nutricionales, como --según citó-- en el caso del niño obeso de Orense.
Del mismo modo, cree que las situaciones de bulimia y anorexia en menores, en los casos en los que sus padres "no sean capaces de superar esa situación", también pueden llegar a ser considerados principios de riesgo de desamparo.
"Si los problemas se repiten y pueden provocar graves problemas de salud, también (en estos casos) podríamos encontrarnos en situación de desamparo", añadió el juez, quien pidió a las Administraciones que establezcan un "denominador común" para poder determinar qué es una situación de desamparo.
ESPECIALIZACIÓN JURÍDICA
Por otro lado, Serrano reclamó que exista asistencia jurídica especializada en estos temas para asesorar a las familia y gestionar este tipo de problemas. Así, recalcó que los padres que se enfrentan a la retirada de la tutela de los hijos tienen que tener derecho a una asistencia jurídica gratuita y especializada y a que los técnicos que llevan estos asuntos también tengan una determinada especialización para que la información que se le brinda a la familia sea completa y adecuada.
Al respecto, recordó que se han presentado en el Congreso de los Diputados dos proyectos en este sentido pero que, sin embargo, "siguen durmiendo el sueño de los justos" y que aún no se han resuelto.
Por otro lado, Serrano pidió a las Administraciones que presten todo tipo de apoyo a las familias en situación de riesgo, apoyo económico y educativo, que permitan una reestructuración familiar y se evite que el menor caiga en una situación de desamparo.
En este sentido, recalcó que "en este país hacen falta muchas escuelas de padres y madres" porque muchos progenitores carecen de habilidades parentales y requieren del apoyo de la Administración.
