Lahti (Finlandia) se impone a Estrasburgo y Lille y cogerá el testigo de Lisboa como Capital Verde Europea en 2021

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Publicado: jueves, 20 junio 2019 20:05

   Mechelen y Limerick compartirán el Green Leaf Award 2020 tras imponerse a Laappeenranta (Finlandia) y sucederán a Cornellá y Horst aan de Maas

   OSLO, 20 Jun. (EUROPA PRESS) -

   La ciudad finlandesa de Lahti ha sido elegida por la Comisión Europea como la próxima Capital Verde Europea a partir del año 2021, con lo que sucederá a Lisboa, merecedora del título el próximo año, y a Oslo, ciudad que ostenta en la actualidad el galardón y anfitriona de la ceremonia. Con esta decisión, las ciudades francesas de Lille y Estrasburgo se han quedado a las puertas, resultando finalistas.

   Ha sido el comisario europeo de Medio Ambiente, Asuntos Marítimos y Pesca, Karmenu Vella, quien ha desvelado el nombre de la ciudad galardonada en una gala celebrada en el Instituto de Arquitectura de Oslo, ciudad europea anfitriona de la ceremonia. El alcalde de Lahti, Jyrki Myllyvirta, ha sido el encargado de recibir el galardón.

   El comisario ha considerado que las ciudades que ya han exhibido este premio siguen haciendo gala ser municipios convencidos de seguir adelante con los méritos que le llevaron a ejercer esta capitalidad.

   El "orgullo" de ser una Capital Verde es difícil de conseguir, según el comisario, y por ello se necesita "apoyo de los aficionados".

   Sobre la ciudad saliente, ha opinado que "ha cumplido con las expectativas" y son muchos los "esfuerzos" que Oslo ha hecho para intentar inspirar a otras ciudades de su entorno. "Y no sólo manda estos mensajes a la Unión Europea, sino también fuera de ella", ha celebrado.

"LA PRIMERA GENERACIÓN" QUE PLANTA CARA

   El alcalde gobernador de Oslo, Raymond Johanson, ha ejercido como maestro de ceremonias en la gala para poner de manifiesto el "placer" que para la ciudad ha supuesto ostentar el logotipo que le acredita durante este 2019 como Capital Verde.

   Ha reparado en la "enorme expectación" que la juventud está levantando en su nuevo movimiento contra el cambio climático, "la primera generación" a su juicio que puede plantar cara a este reto.

   Con esta distinción, la Comisión Europea promueve entre las ciudades de más de 100.000 habitantes el desarrollo de políticas que frenen el cambio climático y que persigan preservar la biodiversidad desde distintos ámbitos.

   Conseguir mejores parámetros ambientales, proponerse objetivos ambiciosos en cuanto a protección, servir de inspiración para otras ciudades y promover buenas prácticas en defensa del medioambiente son alguno de los parámetros que cada año la Comisión Europea valora a la hora de elegir la próxima Capital Verde, elegida entre poblaciones de los países miembro, Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza.

   Entre los objetivos que se han de marcar las ciudades candidatas se encuentran la adaptación al cambio climático, lograr una movilidad sostenible, proteger la naturaleza y la biodiversidad, mejorar la calidad del aire, reducir la producción de residuos sólidos o una mayor eficiencia en la gestión del agua. Una docena de expertos han valorado todos estos parámetros para dejar en tres los finalistas de este año.

DIEZ AÑOS DE GALARDÓN

   La primera ciudad en hacerse con este galardón fue Estocolmo en 2010, elegida por avances como el uso de combustible renovable en su transporte urbano.

   La alemana Hamburgo cogió el testigo tras hitos como reducir sus emisiones de CO2 un 15% en las dos décadas anteriores; y Vitoria se hizo merecedora de esta distinción en 2012 gracias a la reducción de su consumo de agua, su estrategia de plantación de árboles y su reducción de contaminación sonora y lumínica.

   En 2013 fue el turno de Francia tras haber conseguido ser la primera gran ciudad europea que volvió a poner en marcha un servicio de tranvías eléctricos; el título viajó a Copenhage en 2014 después de elaborar planes ambiciosos como convertirse en ciudad libre de carbón en 2015; y Bristol consiguió la Capitalidad Verde hacer crecer su economía ecológica un 4,7% en años anteriores.

   Ljubljana, capital de Eslovenia, ganó en 2015 tras implementar políticas como el fomento del uso de la bicicleta y romper así su trayectoria como una ciudad dominada por el coche. Essen (Alemania) supo reinventarse desde su tradición industrial hasta una verdadera ciudad verde, con grandes corredores naturales conectando sus barrios con el centro de la localidad, lo que le hizo hacerse con la Capitalidad en 2017.

   En 2018, el jurado quedó impresionado con la capacidad que tuvo Nujmegen (Holanda) para involucrar a sus vecinos en el objetivo de conseguir una ciudad más habitable.

   Por último, la actual Capital Verde, Oslo, emprendió una carrera por recuperar las veredas de sus cauces fluviales y ha sabido recortar en un 50% las emisiones de CO2. Además, en los cuatro primeros meses de 2018 registró hasta un 60% de las matriculaciones en coches eléctricos.

GREEN LEAF AWARD

   En la ceremonia también se ha dado a conocer quién será el próximo año la ciudad distinguida con el Green Leaf Award, equivalente al premio de la Capitalidad Europea para ciudades de entre 20.000 y 100.000 habitantes.

   Laappeenranta (Finlandia), Limerick (Irlanda) y Mechelen (Bélgica) llegaban a la recta final, y finalmente la decisión ha vuelto a pasar, como ocurriera el pasado año, por nombrar a dos ganadoras que compartirán este honor. Mechelen y Limerick se han impuesto a la ciudad finlandesa.

   Este título, durante este ejercicio, pertenece, también de manera compartida, a Cornell de Llobregat y Horst aan de Maas (Holanda).

   Leuven (Bélgica) y Vxj (Suecia) ostentaron esta categoría en 2018, y en los años precedentes corrieron la misma suerte Galway (Irlanda), Mollet del Valls y Torres Vedras (Portugal.

   Este título viene a reconocer a aquellas ciudades de hasta 100.000 habitantes que han centrado parte de sus esfuerzos en adaptarse a un crecimiento sostenible y respetuoso con el medioambiente.

   Los objetivos de este distintivo es reconocer a las ciudades que demuestran políticas ambientales, animar a los gobiernos locales a desarrollar estrategias en esta línea y poder identificar a aquellas que puedan ejercer como embajadoras para ilustrar a otros municipios a acometer medidas en busca de la sostenibilidad.

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